4 de julio.- Todos los esfuerzos por controlar el derrame de petróleo en el Golfo de México hasta ahora no han sido suficientes. Desde la explosión de la plataforma petrolera Deepwater Horizon, operada por British Petroleum (BP), el pasado 22 de abril, entre 30.000 y 65.000 barriles de petróleo se vierten al mar cada día.
Es por ello que a partir de este fin semana comenzó a operar el “A Whale”, un barco de origen taiwanés de 335 metros de longitud, capaz de succionar grandes cantidades de aguas contaminadas. Según sus dueños (TMT Shipping) la nave, es capaz de aspirar 80 millones de litros de agua diarios, el equivalente a 500.000 barriles, y devolverla limpia al mar.
Esta embarcación “filtradoras” bombea repetidamente el agua que captura, y la procesa en diferentes tanques para separarla del petróleo y devolverla luego, ya limpia, al mar. Es decir, la nave recoge el agua como una ballena, y la bombea como lo hace el corazón humano.