En la sala de sesiones de la Sociedad Agrícola del Norte, los socios Federico Marín, Falconeri Munizaga y Pedro Subiabre, respondieron consultas e inquietudes de los investigadores, Paul Block, doctor del IRI y jefe de la delegación, y de las investigadoras Allyza Lustig, Catherine Vaughen y Sabine Marx, de la Universidad de Columbia, Estados Unidos, en una reunión organizada por Jorge Nuñez, ingeniero de proyectos del Centro del Agua para Zonas Áridas y Semiáridas de América Latina y El Caribe (CAZALAC).
Los socios Falconeri Munizaga y Federico Marín recordaron los períodos de sequía que afectaban el valle de Elqui, en las décadas del 60 al 80, antes que se construyera el embalse Puclaro, y cómo se tuvo que hacer llover utilizado un avión que bombardeaba las nubes con nitrato de plata. Ante la consulta, sobre una continuidad en la disminución de precipitaciones este invierno, y que se llegara a un punto crítico el verano del 2012, Faconery Munizaga, señaló “yo estoy por bombardear las nubes”.
Los agricultores socios de SAN afirmaron que existe una relación fluida con el gobierno y las instituciones públicas del agro para dar a conocer sus demandas en períodos de sequía y ante situaciones climáticas adversas. Que cuentan con información climática del SAG en forma periódica y con estudios del INIA, aunque reconocen que en muchos no se interesan en utilizarla. No obstante, advirtieron que en muchos casos, la información disponible, es en base a tendencias históricas.
Acerca de que si los estudios son suficientes y oportunos para anticipar períodos de falta de precipitaciones o heladas, Federico Marín manifestó que “la información climática es muy débil”. En tanto, Pedro Subiabre aseveró que “hay que distinguir entre horticultura y fruticultura, ya que mientras en la primera el trabajo es más precario, en la fruticultura se trabaja más profesionalmente, con sistemas de monitoreo y estaciones meteorológicas en los predios y es efectuada por privados”.
Subiabre agregó que “si se hubiera contado con información adelantada por lo menos unos 6 meses, alertando sobre las bajas temperaturas de la pasada primavera en la zona, muchos agricultores no habrían efectuado algunos cultivos. Por las bajas temperatura hubo plantaciones que no se desarrollaron”, indicó.
Los agricultores socios de SAN coincidieron en que ha existido un cambio climático en los últimos 50 años en la zona, y el porcentaje de precipitaciones ha disminuido drásticamente. Por ello, manifestaron que el desafío es seguir trabajando en mejorar los sistemas de riego y en la administración del recurso hídrico.
Los investigadores del IRI, de la Universidad de Columbia, CAZALAC y la Universidad de La Serena, esperan desarrollar un proyecto que serviría para efectuar pronósticos sobre precipitaciones y fenómenos climáticos. Esperan conseguir financiamiento, a través de organizaciones internacionales o formar parte del Plan Master Hídrico que se está elaborando en la región.