Con el propósito de intercambiar experiencias sobre el buen uso de la tecnología, estudiantes entre séptimo básico y segundo medio de 24 establecimientos municipalizados y particulares subvencionados de la región de Coquimbo participaron en el proyecto Desarrollo de Habilidades Tecnológicas para el Siglo XXI, organizado por ENLACES de la Secretaría Ministerial de Educación.
Gracias a esta iniciativa, los alumnos pudieron compartir junto a profesores, padres y apoderados temáticas como videojuegos educativos, proyectos audiovisuales y multimedia, brigadas tecnológicas, robótica, cursos de alfabetización digital y comics, entre otros.
El SEREMI de Educación, Leonardo Gálvez, resaltó la importancia de la tecnología como uno de los grandes desafíos actuales de aprendizaje. “Pensamos que para el año 2012 pueda masificarse esta iniciativa y poner esta temática a través de estos cursos se pueda entregar en muchos más colegios, para que un mayor número de estudiantes puedan desarrollar habilidades tecnológicas que sirvan para su crecimiento personal y desenvolvimiento en los desafíos futuros, ya que tendrán que manejar tecnología de punta”.
Los jóvenes, en grupos de cinco estudiantes, acompañados por profesores y un facilitador, tuvieron 45 minutos para exponer los proyectos desarrollados en los talleres de clases y compartieron con estudiantes de otros establecimientos que tenían intereses comunes.
Javier Cayo Castillo, estudiante de primero medio del colegio Santa María Eufrasia de Ovalle, destacó el interés de sus compañeros de colegio por querer participar y mostrar sus trabajos. “Con 20 compañeros de colegio nos empezamos a organizar para poder crear, o sea, armar en realidad un robot que fuera capaz de seguir una línea a través de una programación previa. Un día estábamos en computación y nuestra profesora nos ofreció esta oportunidad lo que nosotros aceptamos de inmediato para aprovecharla”, afirmó.
Los cursos fueron implementados desde las regiones de Coquimbo al Bio Bio durante el segundo semestre de este año y la ejecución en terreno del proyecto estuvo a cargo de la Universidad Católica de Valparaíso, apoyada en la Región de Coquimbo por la Universidad de La Serena.
