La Fiscalía de Ovalle logró que el Tribunal Oral de esa comuna encontrara culpable del delito de estafa a Susana Frías Tarifeño, quien en fechas no precisadas entre enero y mayo de 2006, aparentó ser una sanadora y clarividente, publicitando su actuar a través de una radio emisora de la ciudad de Ovalle y por medio de volantes de papel.
Anteriormente, la justicia había sido sentenciado a 4 años de presidio a su ayudante y pareja, Carlos Villavicencio, por delitos de similar naturaleza en calidad de cómplice. La mujer, en tanto, se había dado a la fuga y no se tenían noticias de su paradero.
En cuanto a los ilícitos, los hechos dieron cuenta que las víctimas, con la esperanza de encontrar lingotes de oro en casas habitaciones de parientes o bien sanar de algunos males, les cancelaban dinero por dicho servicio, en circunstancias que los hallazgos no eran más que lingotes de plomo. Carlos Villavicencio proveía de los elementos necesarios para asegurar los fines que tenía la imputada Frías Tarifeño.
La mayoría de las víctimas eran personas de la tercera edad y campesinos de la provincia del Limarí.
Villavicencio fue condenado y esta vez la mujer esta vez no pudo esfumarse de la justicia.
JUICIO ORAL
Susana Frías fue detenida luego que resultara víctima de un accidente de tránsito. Se acreditó su identidad y quedó posteriormente en prisión preventiva por su carácter de prófuga, al no concurrir a un juicio oral en marzo de 2010.
En el juicio, el fiscal Rodrigo Gómez del Pino presentó los mismos medios de prueba que se utilizaron contra el cómplice de las estafas. “Ella en calidad de autora inmediata, ya que maquinaba y realizaba todas las labores de hechicería y clarividencia con las que embaucó a la gente”, dijo.
10 víctimas acreditaron los hechos de las denuncias. “El tribunal dio por acreditados más de 20 millones de pesos defraudados”, dijo el fiscal Gómez, quien explicó que no sólo actuó con los desentierros de supuestas riquezas, sino que en su consulta contactaba a los clientes. “La gente le pagaba 25 mil pesos por la consulta por determinado mal o dolencia y ahí les decía que podrían tener riquezas ocultas”, resumió.
Las víctimas debían supuestamente ocultar las riquezas para “evitar sufrir males a cambio”. Según sus testimonios, para sacar a la luz las falsas riquezas debían efectuar ceremoniales e incluso no se descartó la ingesta de algún líquido.
La sentencia será conocida este 20 de febrero y se solicitaron 5 años un día. No obstante, aquello será decidido por el tribunal oral.
