Sequía se vuelve crítica en varias zonas del país, lo que ha obligado al gobierno a tomar medidas de corto plazo para ayudar a los agricultores afectados, y a pensar en soluciones de más largo aliento.
Empresa francesa Vía Marina, con el apoyo de la Fundación Chile, presentó una iniciativa que pretende construir una “carretera de agua” en el país, que ocuparía un ducto submarino.
Como un claro ejemplo del Posibilismo, doctrina que declara que los seres humanos son capaces de controlar el ambiente usando la tecnología, calificó el director de la revista Journal of Technological Possibilism y académico de la Facultad Tecnológica de la Universidad de Santiago, Dr. Lucio Cañete, el proyecto con que el gobierno pretende abastecer de agua el norte chileno, transportándola desde el sur mediante un gran ducto submarino de mil kilómetros.
Esta semana se conoció la iniciativa de la compañía Via Marina, la que, según se informó, implementará un gran tubo que va por la costa y que partiría desde la Región del Maule, tomando las aguas de las desembocaduras de los ríos. Con ello, se evitaría la pérdida de agua y podría utilizarse para trasladarla por tuberías oceánicas. La inversión llegaría a dos mil 500 millones de dólares.
Cañete, quien participa en un panel de expertos que elaborará propuestas para enfrentar los efectos del cambio climático en Chile, junto con celebrar esta iniciativa, pone de relieve que “con todos los antecedentes que están a la vista, es totalmente factible. Al hacer un balance social mediante un indicador de rentabilidad, es tremendamente positiva”, comentó el experto de la casa universitaria estatal.
Agrega que “se está aprovechando una asimetría territorial producida por la diversidad geográfica que tiene nuestro país: una parte bastante seca en el norte y una bastante húmeda en el sur”.
El académico aseguró que se trataría del primer “gran acueducto submarino en el mundo”, aunque sostuvo que la idea data de pueblos muy antiguos, como los babilónicos y los romanos, quienes construyeron kilométricos acueductos superficiales para transportar agua desde un lugar a otro.
El experto descartó cualquier impacto ecológico debido a la presencia del tubo bajo el mar, aunque precisó que esta tecnología de transporte de agua requerirá de un gasto energético.
“Para transportar una gran cantidad de agua a largas distancias, necesariamente debe haber plantas de relevo, para asumir la pérdida de carga y obligaría a un bombeo, lo que necesariamente va a implicar uso de energía”, concluyó.
Fuente: Mauricio Acuña – UsachAldia