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Lunes, Noviembre 25, 2024
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¿Las mujeres sienten con más intensidad el dolor físico que los hombres?

A juzgar por un análisis estadístico de las clasificaciones de nivel de dolor hechas con arreglo a las declaraciones de pacientes femeninas, las mujeres sienten con más intensidad el dolor físico que los hombres en virtualmente todas las clases de enfermedades.

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Este estudio, en el transcurso del cual se revisó una ingente cantidad de registros médicos, pone de manifiesto la conveniencia de reclutar a más mujeres que lo habitual para los ensayos clínicos y otros estudios médicos hechos sobre muestras de población, a fin de averiguar si esta diferencia de género en la percepción del dolor físico existe de manera generalizada y resulta verificable con la suficiente certeza. El objetivo no es fácil, ya que el dolor, hoy por hoy, aún no puede ser medido de forma objetiva, como sí se pueden medir la temperatura corporal o la tensión arterial.

Usando una novedosa base de datos diseñada específicamente para la investigación, el equipo del Dr. Atul Butte, de la Escuela de Medicina en Universidad de Stanford, Estados Unidos, analizó más de 160.000 puntuaciones en una escala de dolor consignadas por más de 72.000 pacientes adultos.

La literatura médica contiene numerosos estudios que indican que las mujeres declaran sentir más dolor que los hombres en tal o cual enfermedad particular. Butte y sus colaboradores no son por tanto los primeros en encontrar diferencias en el dolor que sienten hombres y mujeres. Pero ellos se han concentrado en la intensidad del dolor, mientras que en la mayoría de los estudios anteriores se examinó el porcentaje de hombres contra el de mujeres que, padeciendo un problema clínico particular, sentían dolor.

Butte, Linda Liu, David Ruau, Martin Angst y David Clark analizaron registros médicos de personas adultas y buscaron diferencias asociadas al género en la intensidad del dolor consignada en una escala del 1 al 10, en la que un cero expresaba “no tener dolor” y un 10 “tener el peor imaginable”.

Si alguien acude al médico diciendo que siente dolor, probablemente se le recetará algún medicamento u otro tratamiento capaz de reducir cualquier puntuación estimada subsiguiente en la escala de dolor. Para obtener estimaciones del dolor que no estuvieran alteradas por medicación u otros tratamientos aplicados para aliviar el dolor, el equipo de investigación analizó sólo la primera puntuación de intensidad del dolor consignada por el paciente ante un profesional de la medicina.

Los investigadores vieron puntuaciones de dolor más altas en las pacientes femeninas prácticamente a través de casi toda la gama de clases de enfermedades. Esas diferencias fueron no sólo estadísticamente significativas, sino también clínicamente relevantes. En muchos casos, la diferencia era de casi un punto en la mencionada escala. ¿Cuán significativo es ese punto? Los investigadores clínicos interpretan una mejoría de un punto en la escala de dolor como señal de que el tratamiento para el dolor está funcionando.

Aunque los resultados en general tendieron a confirmar hallazgos clínicos anteriores, como por ejemplo que las mujeres con fibromialgia o migraña declaran sentir más dolor que los hombres con las mismas dolencias, el análisis también reveló diferencias de género no conocidas previamente en la intensidad del dolor para determinadas enfermedades, como por ejemplo la sinusitis aguda y los trastornos de la columna cervical que se traducen en dolor de cuello.

Tal como advierten los propios autores del estudio, su análisis se basa en información incompleta y con cierto grado de subjetividad. No se sabe a ciencia cierta si los pacientes atendidos ya habían tomado por su cuenta analgésicos en casa. Tampoco se puede descartar la distorsión en las puntuaciones de dolor causada por la presencia de otras personas. ¿Un muchacho de 18 años de edad dirá sentir la misma intensidad de dolor con o sin su mamá presente, o cuando está frente a un enfermero en lugar de frente una enfermera?

Y, por supuesto, el factor potencialmente distorsionador que resulta el más candente de todos y que es si las mujeres realmente sienten más dolor que los hombres. Está comprobado que tienden a declarar sentir más dolor que los hombres, y no en unas dolencias concretas sino en virtualmente toda la gama. “No importa de qué enfermedad se trate; las mujeres tienden en todos los casos a declarar sentir un dolor más intenso que el declarado por los hombres”, subraya Butte. Para llegar al fondo de la cuestión, el equipo de Butte planea buscar modos de evaluar más objetivamente el dolor, como por ejemplo cotejando las puntuaciones en esa escala del dolor con algún parámetro medible en un análisis de sangre y que presente correlaciones fiables con el grado de dolor declarado. Cuando se pueda trabajar de manera extensa con un biomarcador del dolor, se podrá resolver de una vez por todas el enigma de si las mujeres sienten realmente más dolor que los hombres.

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