En esta nueva imagen de Messier 55, obtenida con el telescopio infrarrojo de sondeo VISTA, podemos ver decenas de miles de estrellas apelmazadas cual enjambre de abejas. Además de estar concentradas en un espacio relativamente pequeño, estas estrellas son de las más viejas del universo. Los astrónomos estudian Messier 55 y otros objetos antiguos, llamados cúmulos globulares, para estudiar cómo evolucionan las galaxias y cómo envejecen las estrellas.
Los cúmulos globulares se mantienen unidos en un estrecho espacio de forma esférica debido a la gravedad. En Messier 55, las estrellas están especialmente apretadas: aproximadamente cien mil estrellas se “hacinan” en una esfera con un diámetro de tan solo 25 veces la distancia entre el Sol y el sistema estelar más cercano, Alpha Centauri.
Se han detectado alrededor de 160 cúmulos globulares rodeando nuestra galaxia, la Vía Láctea, la mayor parte hacia la protuberancia central. Los dos últimos descubrimientos, llevados a cabo utilizando VISTA, fueron anunciados recientemente. Las galaxias más grandes pueden tener miles de estos grupos de estrellas orbitando a su alrededor.
Observando las estrellas de estos cúmulos globulares, se ha descubierto que se originaron en la misma época —hace más de diez mil millones de años — y de la misma nube de gas. Dado que este periodo formativo tuvo lugar unos pocos miles de millones de años tras el Big Bang, la composición de casi todo el gas a mano era la más simple, ligera y común del cosmos: hidrógeno, junto con algo de helio y cantidades muy pequeñas de elementos químicos más pesados como oxígeno y nitrógeno.
El hecho de estar compuestas principalmente de hidrógeno distingue a las residentes en los cúmulos globulares de las estrellas nacidas en épocas posteriores, como nuestro Sol, que cuenta con elementos más pesados creados en generaciones de estrellas más jóvenes. El Sol se encendió hace unos 4.600 millones, con lo cual tiene la mitad de la edad de las estrellas más viejas que habitan la mayor parte de los cúmulos globulares. La composición química de la nube de la cual se formó nuestro Sol se refleja en la abundancia de elementos encontrados en nuestro Sistema Solar — en los asteroides, en los planetas y en nuestros propios cuerpos.
Los observadores del cielo pueden encontrar a Messier 55 en la constelación de Sagitario (El arquero). El enorme cúmulo aparece con cerca de dos tercios del ancho de la Luna llena, y, pese a estar a una distancia de alrededor de 17.000 años luz de la Tierra, no resulta difícil verlo con un pequeño telescopio.
El astrónomo francés Nicolas Louis de Lacaille fue el primero en documentar esta agrupación estelar alrededor de 1752 y, unos 26 años más tarde, otro astrónomo francés, Charles Messier, la incluyó en su conocido catálogo astronómico como entrada número 55. El objeto también se conoce como NGC 6809 en el Nuevo Catálogo General (New General Catalogue), un catálogo astronómico más extenso y muy citado, creado a finales del siglo diecinueve.
Esta nueva imagen fue obtenida en luz infrarroja por el telescopio de 4,1 metros VISTA (Visible and Infrared Survey Telescope for Astronomy) ubicado en el Observatorio Paranal de ESO, en el norte de Chile.
Además de las estrellas de Messier 55, esta imagen de VISTA también muestra numerosas galaxias que se encuentran más allá del cúmulo. Una prominente galaxia espiral especialmente alejada aparece en el centro de la imagen, hacia la parte superior derecha.