Este año, nuevamente el cambio al horario de verano se adelantará varios meses para ganar más horas de luz. El próximo 2 de septiembre a las 00:00 horas deberán adelantarse los relojes una hora, lo que podría generar molestias tanto en adultos como en niños.
“Para ellos no se trata sólo de perder una hora de sueño, además ven afectados sus horarios de comidas. Los niños tienen rutinas más marcadas de las cuales dependen, por lo que es esperable que demoren al menos tres días en adaptarse al cambio”, afirman las sicólogas de Fonoinfancia de Fundación Integra.
Probablemente los pequeños presenten dificultades para dormir en la noche y somnolencia durante en el día, irritabilidad y mal humor, así como hiperactividad provocada por el aumento en la cantidad de horas de luz. “La noción temporal de los niños está dada por cambios perceptibles como el día y la noche, por lo que para ellos el nuevo horario les indicará que el tiempo de dormir comienza más tarde. Recomendamos a los padres flexibilizar en 15 ó 20 minutos los horarios de comida y sueño para darle al niño tiempo de adaptación”, explican en Fonoinfancia.
Las expertas aconsejan preparar a los niños ante el nuevo horario. “Sugerimos a los padres que generen un ambiente propicio antes de dormir, más calmado y evitando actividades físicas o estimulantes como la televisión”.
Por otra parte, explican que si los niños están pasando por otras situaciones de cambio o adaptaciones, como nueva casa o nuevo colegio, un duelo, o la llegada de un hermano, por ejemplo, es posible que tengan más dificultades en este proceso, por lo que es importante respetar sus tiempos y prestar especial atención.
Fonoinfancia funciona de lunes a viernes de 9:00 a 18:00 horas, marcando gratis el 800 200 818 desde celulares o red fija, y es atendido por psicólogos especialistas en temas de infancia, familia y violencia.