Cerca de 30 mil personas congregó la jornada final de este certamen cuyo sello fue un show de calidad, con identidad y el respeto a la competencia que coronó a Pablo Escobedo como el mejor.
Si en la primera jornada impresionó el marco de público, en la clausura del Festival de La Serena organizado por el municipio, las casi 30 mil personas dejaron sin palabras a los organizadores y a todos quienes miraban este espectáculo gratuito desde los balcones de los edificios aledaños.
Fue un evento redondo en el balance, y no sólo por la respuesta del público que disfrutó de los éxitos de Américo, de la gracia de Centella, la fuerza de Los Bunkers, del romanticismo de Alberto Plaza, el humor de Nancho Parra y la pachanga de Chico Trujillo, sino también por el respeto que tuvo hacia la propia competencia que coronó como el mejor a Pablo Escobedo, quien defendió el tema “La Voz de los 80”, de Los Prisioneros.
“No me lo esperaba, sólo quería aprender, quedarme con esta experiencia maravillosa, pero siempre doy lo mejor y canto con mi corazón, con el alma. Desde que llegué a Chile que no me sentía así. Estuve cinco años en España, perdí las ganas de cantar, y no creía cuando me invitaron. Desde que volví sólo me han pasado cosas buenas y se lo debo a mi papá. Es difícil, no estuve con él cuando falleció y lo veía delante cuando estaba cantando. Se lo dedico a él este premio, a Iván Antonio Escobedo, mi papá”, dijo emocionado al punto de las lágrimas el flamante ganador.
Para el alcalde Roberto Jacob el balance fue más que positivo ya que la multitud que colmó el sector del Faro Monumental reflejó que la decisión de retomar el certamen fue correcta. “Después de siete años tuvimos festival y la gente respondió con todo demostrando que querían tenerlo de vuelta. Buscamos un show de calidad con artistas nacionales pero también una competencia donde se pusiera en valor a nuestros artistas y la gente apreció eso y escuchó respetuosamente a cada intérprete lo que me llenó de orgullo. Resultó todo impecable, fue un éxito y agradezco a todos los que trabajaron para sacarlo adelante, especialmente al Concejo Comunal y a los funcionarios municipales que pusieron su mejor esfuerzo y capacidades”, destacó el edil.
Misma opinión tuvo Horacio Saavedra, director de la orquesta Festival, de vasta experiencia y voz autorizada en esta materia. “Creo que ha sido todo un éxito el regreso. Fue un desafío traer gente nueva y desconocida, pero lo hicieron todos al mejor nivel. No es porque lo diga yo, pero creo que todo el público que lo vio, que asistió, se va muy satisfecho de tener de vuelta esta fiesta musical en La Serena”.
Justamente esta vitrina fue valorada por los cantantes locales quienes agradecieron el espacio que se abre para ellos con este certamen. “Feliz de la oportunidad que me dio la municipalidad, primera vez que hay participantes regionales y eso es muy importante”, dijo Karina Reyes, que interpretó “Que Cante la Vida”, de Alberto Plaza, artista que tuvo palabras de elogio para la versión femenina de su tema.
Para el presidente del jurado, el destacado Héctor “Titín” Molina, el Festival de La Serena representa un aporte al patrimonio musical del país. “Las canciones han sido protagonistas, coreadas, seguidas y recreadas por intérpretes de alta excelencia. Un aporte si pensamos que el próximo año se quiere invitar a la creación. Cuando en muchos festivales hoy se ha perdido la importancia de la competencia aquí La Serena ha refrendado su compromiso con el mundo artístico. Felicito al alcalde y al Concejo municipal. Fue una decisión inteligente que le da categoría al patrimonio sonoro de Chile”, expresó.
En este sentido Vannessa, participante que resultó elegida como Mejor Intérprete del certamen con la canción “Entre Paréntesis” de Nino García, destacó el respeto del público hacia la competencia. “No tuve el placer de conocer a Nino García, pero por muchas razones he estado rodeada de él en mi vida. Creo que ahora está empezando a ser reconocido y me hubiese gustado que su canción ganara, pero igual estoy feliz, porque además la gente se portó muy bien, hubo especial atención para todos los que participamos, estuvieron en silencio, escuchando atentamente lo que estaba pasando y me impresionó. Trabajé más de diez años en el Festival de Viña y hace muchos años que no veo eso ahí, que no veo ese respeto por la competencia, por los intérpretes, y acá sí se logró”.
