Por primera vez los anticuarios de la zona pueden mostrar sus pertenencias a la comunidad, lo cual ha cautivado a residentes y turistas quienes han llegado en gran número a ver los objetos de décadas y siglos pasados, en tanto otros con emoción han incluso viajado mentalmente hasta su niñez.
“Es sorprendente el interés que ha mostrado la gente, ha causado un impacto muy positivo, es más esta feria está recién empezando y ya me están solicitando que la repitamos, lo cual ya estamos analizando y porque no crecer hasta transformarla en una instancia regional. Hay mucho que mostrar”, manifestó el alcalde Roberto Jacob, quien enfatizó que esta instancia sirve porque “estamos rescatando nuestro valores patrimoniales”.
Así lo entendieron las personas que han colmado la plaza Santo Domingo en los distintos horarios de funcionamiento, “me llamaron la atención las vitolas y las botellas antiguas, además de otros artículos que ya no utilizamos”, indicó Marlene Álvarez de Santiago
En cambio para René Oviedo de 65 años, este espacio lo transporta a su adolescencia “yo utilice varios de estos objetos. Nos remonta al pasado yo estuve ahí por unos segundo en mi mente. Los bailes, la música que acompaña el recorrido, todo es muy familiar para mí, me llena de recuerdos”.
Para Nelson Meléndez, expositor de la feria, esta es una instancia que “se valora y se agradece al municipio por atreverse hacerla”, en cuento a su exhibición Meléndez manifestó que tiene “loza, candelabro y juegos infantiles, entre otro objetos de siglos pasados. Nosotros también tenemos más muebles y esperamos poder tener la oportunidad de exhibirlos en alguna otra feria a futuro, con más espacio”.