Durante los últimos días se revelaron documentos históricos obtenidos en el Archivo Nacional de Santiago que prueban que la primera pisquera de nuestro país y América funcionó hace 300 años en la localidad de Pisco Elqui, en la comuna de Paihuano. El autor de esta investigación es el doctor en historia de la Universidad de Santiago, Pablo Lacoste junto a un equipo multidisciplinario de profesionales.
Este estudio llevado a cabo durante más de tres años, también pudo revelar una serie de otros aspectos vinculados a la producción de pisco en la Región de Coquimbo y la consolidación de un polo vitivinícola en la actual comuna de Paihuano. Pero la pregunta que hoy todos se hacen hoy es; ¿por qué un grupo de productores deciden comenzar a producir a más de 86 kilómetros de la ciudad de La Serena?.
La respuesta la entregó el propio Lacoste y tiene que ver con la experiencia traumática que vivió el entonces Corregimiento de Coquimbo tras el constante ataque de los piratas.
“Los ataques piratas registrados entre 1680 y 1686, causaron un fuerte impacto en la zona y mostraba la incapacidad del Imperio Español por garantizar la seguridad de los ciudadanos. Bartolomé Sharp atacó La Serena, causó serios daños e incendió los principales edificios. Esta agresión externa resultó traumática, por lo que comenzaron a emigrar hacia lugares donde poder fortalecer las inversiones lejos del alcance de futuras invasiones piratas. Así es como se busca la energía en las zonas altas del Valle del Elqui”, indicó a LA REGIÓN, Lacoste.
Esta decisión llevó a que comenzara a consolidarse un clúster vitivinícola al interior del Valle del Elqui, junto al río Claro.
“El eje territorial entre Montegrande y Pisco Elqui, ofrecía un amplio margen de seguridad ante nuevas invasiones y permitía recomenzar sus vidas con tranquilidad. Es así como comienza a funcionar un conjunto de emprendimientos dedicados a la elaboración de vinos y destilación de aguardientes. Allí también funcionó la primera fabrica de tinajas y el primer alambique del norte de país. Una gran importancia tuvo la Hacienda La Torre donde se elaboró pisco entre 1727 y 1733 cuando era administrada por Marcelino Rodríguez”, recordó el historiador.
La historia de la hacienda La Torre se remonta al 5 de abril de 1684 cuando el cabildo de La Serena otorgó a Pedro Cortés Monroy y Mendoza un terreno en el Valle de Elqui, junto al río Claro. Para poder determinar el lugar exacto en donde se emplazaba esta hacienda clave en el nacimiento del pisco, se realizó un estudio de seis meses en miles documentos antiguos, respaldos aduaneros, de impuestos y testamentos.
“Todos esos documentos están escritos a mano y cada persona escribe de forma distinta, y además, en la época hace 300 años, escribíamos distinto, de hecho no separaban las pablas o lo hacían en la silabas donde no correspondía, entonces nosotros teníamos que estar acostumbrados a las palabras que son distintas a las que usamos ahora y la forma de escribir. Tuvimos que tomar cursos de paleografía, que es una disciplina dentro de la historia. A veces igual, cuando una persona del equipo no entendía una palabra, entre todos tratábamos de entenderla, si eso no resultaba, se lo enviamos a otros investigadores con más experiencia. Fue un trabajo difícil, cansador, porque pasar días y días buscando y no encontrar ningún documento es bastante desanimador, es como encontrar una aguja en un pajar, pero al final la encontramos y estamos muy felices de poder ayudar a proteger la identidad de pisco en Chile”, afirmó orgullosa Michelle Lacoste, historiadora y parte del equipo de investigación.
Se espera que en el mes de mayo, en el marco de la celebración del Día del Pisco, se presente un libro de 500 página con los detalles de esta investigación sobre la historia del destilado nacional y su denominación de origen.
FUENTE: Diario La Región – La Serena