Se nos apareció marzo y con la llegada de este este mes pareciera que empieza realmente el año. Volvemos de las vacaciones, los niños entran al colegio y debemos hacernos cargo de nuevas responsabilidades y una mayor carga de trabajo que, si no se enfrenta de buena forma, puede provocar diversos efectos.
Por lo general, el mes de marzo viene cargado de nuevos proyectos y desafíos que pueden abrumar y generar nerviosismo. Natalia Cerda, sicóloga de la ACHS, recomienda mirar este período de forma positiva. “Para disminuir el estrés de enfrentar marzo es fundamental organizarse y planificar los meses que vienen, considerando las actividades que deben realizarse, los tiempos que tomará y cuáles son prioritarias para visualizar de mejor forma lo que queda por hacer”. Agrega que es importante ir paso a paso con las responsabilidades, no angustiarse ante la carga de trabajo ni tampoco dejarse agobiar por otros.
La especialista también recomienda rodearse de personas positivas. Esta actitud se transmite, por eso es bueno estar junto a personas que tienen una visión de la vida más optimista, sobre todo en el trabajo. “Los ambientes positivos abren espacio a la creatividad y generación de ideas nuevas, haciendo más eficientes los tiempos de trabajo”, dice Cerda.
La sicóloga asegura que es fundamental aplicar el sentido del humor. “Cuando se enfrentan situaciones de mucha presión es común angustiarse o frustrarse, pero siempre es bueno quitar gravedad a ciertos asuntos”. El trabajo y las responsabilidades deben tomarse siempre con seriedad, pero bromear con el resto de vez en cuando o reírse de los propios errores, es una forma de liberar tensiones que además puede estimular la creatividad para resolver de mejor forma los conflictos o crisis.
Es sumamente importante enfrentar cada jornada con entusiasmo. Levantarse pensando que la nueva jornada es una oportunidad para aprender y crecer, planteándose cada día como un nuevo desafío en el que pueden ocurrir cosas inesperadas que llegarán a enriquecernos. “De esta manera, evitamos llegar con una predisposición negativa al lugar de trabajo, ya que eso influirá en la forma en la que enfrentemos las tareas diarias e incluso las relaciones al interior del trabajo. En este caso, la productividad puede disminuir, repercutiendo negativamente en el estado de ánimo”, indica la profesional.
Asimismo, realizar actividades que le apasionan puede ser una buena terapia. Por esta razón, el experto asegura que es importante dejar espacio para las actividades que nos gustan. “No es bueno postergar este tipo de actividades, es mejor realizarlas y dedicarles el tiempo necesario para disfrutarlas”. Estos espacios, permiten alejarse de la rutina habitual, mejoran el ánimo, estimulan la creatividad y levantan la autoestima.
Nuevas rutinas
Hay que considerar que el reingreso al trabajo abre también oportunidades, como realizar un quiebre y poder modificar rutinas que no son positivas para nuestro bienestar y efectividad en el trabajo. Es un momento ideal para cambiar malas rutinas anteriores. La especialista asegura que se deben identificar estos comportamientos negativos (por ejemplo, acostarse demasiado tarde) y generar acciones alternativas que los corrijan.
Usualmente después de vacaciones se vuelve difícil levantarse temprano para ir a trabajar, Cerda señala que “debemos considerar que esto tiene un efecto negativo, ya que levantarse tarde provoca la necesidad de apurarse para llegar a trabajar, lo que a su vez puede generar agitación y menor concentración. Por eso, levantarse más temprano entrega muchos beneficios. De lo contrario, esto se traduce en peor desempeño, mayor duración de las tareas que deben realizarse y un atraso en todas las tareas, lo que hace que se deba trabajar hasta más tarde y, por consecuencia, levantarse más tarde. Esto produce un círculo vicioso que debe evitarse si queremos lograr días de trabajos efectivos”, asegura.
Una vez en el trabajo, es recomendable incrementar paulatinamente la carga de responsabilidades. Las vacaciones tienen un efecto positivo tanto en el nivel de estrés de las personas como en bienestar, pero esto debe ir acompañado de un regreso al trabajo con carga gradual. No es recomendable comenzar inmediatamente con mucha carga de trabajo dado que esto anula los efectos positivos que las vacaciones recuperadoras pudieron tener.
Finalmente, es bueno considerar que los efectos beneficiosos inmediatos de las vacaciones desaparecen entre 2 a 4 semanas desde el reingreso, por lo que esto se debe tener en cuenta en la planificación y en el reingreso al trabajo. Una manera de extender los efectos positivos de las vacaciones es recordando las actividades realizadas y experiencias vividas durante estas, a modo de mejorar el ánimo y refrescar afectivamente el trabajo.