La industria televisiva se encuentra en medio de una revolución global. La rápida extensión del video online ha dado el poder a los consumidores de elegir lo que quieren ver y cuando desean hacerlo. En muchos casos, esto supone distanciarse de la televisión, lo que está obligando a las cadenas, tanto tradicionales como de pago, a luchar por mantener su espacio y seguir llamando la atención de su público potencial.
Así lo destaca el estudio de The Boston Consulting Group titulado “La revolución digital está afectando a la industria de la televisión”. En él, se apunta que la televisión tradicional se enfrenta a su mayor amenaza hasta el momento: el surgimiento de nuevas formas móviles y online, así como el incremento de servicios a demanda y en la nube, que están cambiando la forma de consumir videos.
Desde BCG se indica que la industria de la televisión ha experimentado a lo largo de su corta historia una evolución constante y progresiva: pasó en poco más de una década del blanco y negro al color, los grandes aparatos de televisión se transformaron en pantallas planas, de un canal se pasó a poder sintonizar centenas de ellos, las cadenas abrieron su espacio para el cable y el satélite y ahora estos tres sistemas están teniendo que hacer un hueco para las plataformas online y móviles. Cada uno de estos avances intensificó la competencia, pero podían coexistir y en gran parte progresar.
Además, no afectaban a las fuentes de la cadena de valor de la industria, que se mantuvieron similares. Los derechos de contenidos y producciones siempre han tenido un lugar importante y todas las relaciones dentro de la industria habían girado alrededor de esta pieza crítica del puzzle. Pero el video en streaming sobrepasa completamente los modelos tradicionales y su distribución para las cadenas de televisión abiertas, cable o satélite, perturbando las cadenas de valor establecidas durante mucho tiempo y la infraestructura exclusiva (como por ejemplo las torres de emisión, las líneas de cable o los satélites) que históricamente habían sido cruciales para la industria televisiva. El ecosistema móvil y online también está cambiando cómo el contenido llega a los espectadores y la visión a demanda parece que ha convertido en obsoleta la programación lineal y fija de las cadenas.
El estudio de BCG hace hincapié en que hasta el momento los cambios sufridos por la dinámica industria televisiva habían sido evolutivos más que revolucionarios. Sin embargo, apunta a que el nuevo ecosistema online está amenazando los roles y relaciones entre las compañías existentes hasta el momento. En este sentido, destaca tres amenazas principales: los avances en tecnología, la creciente oferta de contenido online de alta calidad y el desarrollo de nuevos modelos de bajo coste para la producción de contenidos.
Sobre los avances tecnológicos, en el estudio se señala que en la mayoría de los países ya existe la red necesaria que requiere la transmisión de videos online para uso doméstico. En cuanto a los usuarios de plataformas móviles, como celulares y tablets, las mejoras en la conectividad sin cables han permitido un mayor acceso al contenido digital. En 2017, se espera que el número de este tipo de aparatos sea aproximadamente de un billón en todo el mundo. El video en streaming ha avanzado hasta el punto que ahora se puede ver como una amenaza directa a la televisión tradicional.
En cuanto al incremento de contenido online de alta calidad, los estudios tradicionales han comenzado a invertir en producciones online, permitiendo a los espectadores a acceder a buena programación cuando y donde quieran. Por ejemplo, la productora Lions Gate Entertainment ha unido fuerzas con Netflix, Hulu y YouTube para crear series originales. Actualmente, diversos canales, como HBO o CBS, ofrecen servicios Premium de streaming. Para hacer esta lucha más interesante, las compañías tecnológicas líderes mundiales como Amazon, Apple y Google también están lanzando aparatos para complementar sus servicios de video en streaming.
Como tercera amenaza, se apunta el desarrollo de modelos de producción de contenidos de bajo coste. En este sentido, los estudios digitales y creadores de contenidos están desafiando la creencia de que el contenido de alta calidad debe ser caro. Por ejemplo, los principales canales de YouTube han mostrado que pueden atraer a millones de espectadores con producciones de presupuestos considerablemente inferiores a los que se manejan en los canales abiertos o de pago.
Según el informe de BCG estos importantes avances tecnológicos y la alta calidad de los contenidos online ha llevado a un incremento enorme de su audiencia y, como resultado, a cambios fundamentales en la dinámica de la industria.
Este estudio es el primero de una serie que The Boston Consulting Group va a realizar para ofrecer una perspectiva global sobre las tendencias que están afectando a la industria de la televisión en todo el mundo. Para más información, se puede acceder al informe completo en: www.bcgperspectives.com.
