La Degeneración Macular Relacionada con la Edad (DMRE) es la primera causa de ceguera en mayores de 60 años en nuestro país y el mundo. En total más de 30 millones de personas sufren esta enfermedad que afecta a entre el 15% y 25% de las personas mayores de 75 años y que el riesgo comienza a manifestarse a partir de los 50 años, según datos de la Sociedad Chilena de Retina.
La enfermedad se caracteriza por la pérdida de la visión central, debido al deterioro gradual de la mácula, es decir, la parte del ojo que permite ver detalles. En etapas tempranas, no causa dolor y puede pasar inadvertida. En ocasiones afecta a un solo ojo y la persona no se da cuenta de que tiene un problema, porque el ojo sano compensa al dañado. Cuando uno de ellos está afectado, existe un 50% de riesgo de daño en el segundo ojo.
La alteración de los colores, la visión de rostros borrosos y el aumento de la sensibilidad frente a luces brillantes son algunos de los síntomas de la DMRE, los cuales afectan la calidad de vida de miles de chilenos.
Uno de los problemas de esta enfermedad es que el estudio con Tomografía Óptica Computarizada (OCT) y su tratamiento fundamental no tienen un código Fonasa para reembolso. De esta forma, muchos pacientes no tienen los recursos necesarios para tratarse esta enfermedad, arriesgando la pérdida de la visión.
“Es relevante que esta enfermedad sea una prioridad a nivel de salud pública, considerando que la población chilena va envejeciendo y que nuestros adultos mayores deben ser activos e independientes, de manera que todos los pacientes tengan manejo oportuno al tratamiento”, afirmó el presidente de la Sociedad Chilena de Retina, Dr. Michel Mehech.
Es importante tomar en cuenta los factores de riesgo asociados a la Degeneración Macular:
- Edad: el riesgo aumenta a partir de los 50 años y afecta a entre el 15% y el 25% de las personas mayores de 75 años.
- Factores hereditarios.
- Fumadores: el consumo de cigarrillos multiplica entre 2 y 3 veces el riesgo.
- Tener la enfermedad en un ojo aumenta en 50% la probabilidad de desarrollar el problema en el otro.
- La radiación UV, la hipertensión y el colesterol alto.
- Mala alimentación: alto consumo de grasas saturadas y baja en Omega 3 (pescados y verduras).
Los principales síntomas son:
- Visión deformada de las líneas: se ven onduladas o curvadas. Este fenómeno se conoce como “metamorfopsias”.
- Necesidad de incrementar la luz para la lectura.
- Percepción alterada de los colores: se ven más opacos o hay pérdida de los contrastes.
- Visión central disminuida, dificultad para ver rostros o mancha oscura al centro de la visión.
Si se presenta alguno de estos síntomas, hay que acudir de inmediato a un oftalmólogo para que realice un examen clínico de fondo de ojos y, si es necesario, un análisis complementario.