Profundo pesar existen en la localidad de Altovalsol luego de conocerse la muerte de su vecina más querida y longeva. La señora Raquel Rojas, falleció este sábado a la edad de 93 años acompañada de todos sus seres queridos.
Llego a vivir a Altovalsol cuando tenía sólo siete años. Desde entonces fue una vecina destacada de este apacible lugar de la ciudad de La Serena. Fue testigo del auge que tuvieron las haciendas agrícolas, de las tradicionales fiestas religiosas y también fue reina de primavera.
Gracias a sus recuerdos, los que mantuvo muy lúcidos hasta sus últimos días, el año 2000 el libro “Altovalsol, Crónica de Un pasado Histórico” reunió las principales historias de este lugar del Valle de Elqui.
La señora Raquel Rojas recordó como eran las misas de antaño en su querida capilla construida en 1860, la que hoy se encuentra en muy mal estado.
“Las misas de antaño eran en latín. No teníamos un sacerdote en Altovalsol. Venia desde Islón. Llegaba en su caballo, hacia la misa y luego subía a su caballo y regresaba, Cada cierto tiempo se realizaban las misiones. Allí la gente del pueblo se podía bautizas o realizar la primera comunión”, recordaba.
No había una misa o funeral en el que la señora Raquel no estuviera rezando el rosario o cantando el Ave María.
También fue amante de las letras, empezó a escribir cuando era muy pequeña. Conocedora de la narrativa y de la poesía. Estudio en la Escuela Mixta Nº 34 de Altovalsol. Su gusto por la lectura lo heredó de sus abuelos Luis Rojas y Juana Marín.
REVISTA PAULA
Pero esta recordada vecina también fue destacada el año 2015 por la Revista Paula como una las vecinas más longevas de la Región de Coquimbo. El clima y la buena alimentación en esta zona de la ciudad de La Serena sería la clave para vivir mejor y más años.
Durante muchos años Raquel Rojas también fue la encargada del correo del pueblo. Era un pueblo muy distinto al de hoy, tal como ella misma lo recordó.
“Era muy distinto de lo que es hoy, Teníamos casas de totora, adobe y el piso era de tierra, igual que las calles. Había pocas casas y existían algunos negocios establecidos. Cada tarde una personas con un coligue prendía estos faroles que permitían caminar sin problemas. Ese fue un gran adelanto, antes de la llegada de la luz eléctrica que ocurrió mucho tiempo después”, recordaba en el libro “Altovalsol, Crónica un pasado Histórico.
Sus restos están siendo velados en su casa en el villorrio de Altovalsol y su funeral se desarrollará el próximo lunes. Su destino final será el cementerio general de La Serena.