Sobre el escenario del teatro Municipal de Vicuña tres vagabundos comenzaron a compartir ideas en un cajero automático que los cobijó del frío de la noche. Allí crearon su propio sistema económico con colillas de cigarro, instancia en la que comenzaron también a especular financieramente y pasaron por distintos estados de ánimo en esta misión. Así se fue dando la obra de teatro Bienestópolis, que durante una hora hizo reflexionar al público asistente respecto a los vicios de este y cualquier otro sistema de cambio.
Bienestópolis comenzó a eso de las 20:30 horas con un público cautivo, Marcelo Heredia asistió junto a sus hijos y señora considerando que la obra logró el objetivo que él buscaba: entretenerse y captar lo que se quería transmitir, “muy interesante, buena, me pareció divertida, vine con mis hijos y muy instructiva además, con esto de los capitales, el dinero, la moneda de valor, etc, vine con mis hijos para entender cómo funcionan los bancos, el interés y todas esas cosas, muy didáctico y divertido” enfatizó.
Y ese fue justamente el mensaje, pues el director de esta obra Juan Ibáñez explica que esta propuesta plantea lo que muchas veces es absurdo del sistema económico, dado que muy pocas personas lo pueden entender a cabalidad, dado que su terminología es un complicado entramado de cifras y palabras, “la obra Bienestópolis es una metáfora que trata de poner al alcance de todo el mundo las contradicciones un tanto absurdas que hay en la economía financiera, en el capitalismo financiero, en el sentido de que hay una suerte de bien intangible que es este mercado de la deuda, cómo opera el mercado financiero que está muy por encima, es mucho mayor y mucho más influyente que el mercado de las cosas reales, los bienes y servicios que se producen, entonces un poco esta locura de las finanzas que nos ha llevado a que las cosas físicas estén a merced un poco de estos movimientos especulativos y eso es producto de mucha miseria y de muchas diferencias sociales” precisó.
Como la temática del dinero y sus fluctuaciones es mundial, la obra se inició mientras el actor y director Juan Ibáñez vivía en España, ahí en conjunto con el dramaturgo Albert Pijuan comenzó a crear esta obra para retratar la realidad de muchos países, el país europeo sufrió una fuerte crisis económica en 2011, luego de haber tenido un gran repunte económico por allá por 2008, situación que cambio radicalmente producto de estos movimientos del mercado financiero, sobre todo inmobiliario, se buscó entregar este mensaje de una manera sencilla como lo explica Juan Ibañez, “si uno mira de cerca cómo funcionan los bancos, el sistema financiero, hay cosas que son bien absurdas, las aceptamos porque son así no más” recalca.
En tono de humor estos tres vagabundos idean su propio sistema de transacciones que imaginan se lleva a cabo en Bienestópolis, cayendo en los mismos vicios que todos los sistemas financieros, así lo explica uno de los actores, Nicolás Yusta, quien reconoce que su personaje es el más agresivo de los tres, “son tres vagabundos, A, B y C, yo soy el personaje B, quien es el más violento, el más frustrado en la vida, es un banqueta, por eso decide ser vagabundo, por el tema del anarquismo, es un personaje que tiene una frustración en su vida, por eso tiene ese genio (…) la gente tiene conciencia del mundo económico en el cual estamos todos sumergidos, pero lamentablemente la economía nos invade mucho más y nosotros no podemos hacer nada ante eso, solo queremos graficar lo que vivimos diariamente, pero cambiar esta realidad es muy difícil” reconoce.
El director Juan Ibáñez precisa que nuestras vidas giran en torno al dinero, de ahí la importancia de expresarlo a través de una obra, “una de las cosas que más usamos en nuestra vida cotidiana es la plata, nosotros trabajamos para ganar dinero, para pagar el arriendo o la hipoteca, etc, pero la gente no sabe cómo opera el dinero, la gente en verdad no sabe cómo los bancos producen dinero que es un sistema que se llama de reserva fraccionaria, cualquier persona que lo investigue se va a dar cuenta que es una locura, y es cómo operan las finanzas y nuestro sistema monetario (…) la metáfora de estos vagabundos que están en este cajero automático y por mucho que ellos crean este sistema con colillas que al final es una moneda de cambio como cualquier otra, no paran de tener hambre, son gente que sufre, entonces en el sentido que por muchos millones que produzcamos en nuestras cuentas corrientes, el sufrimiento humano está ahí” comenta el director.
Sandra Pinto se enteró por las redes sociales de este panorama, por lo que no dudó en asistir, “cada vez que hay una obra de teatro a las personas que nos gusta el teatro no hay porque perdérselo, hay que venir al teatro, es importante que la gente venga, tenemos un teatro especialmente acondicionado para venir de una forma cómoda a ver conciertos, obras de teatro maravillosas tal como esta” acotó.
De esta manera se celebró el Día Internacional del Teatro, instancia que permitió que el publico vicuñense disfrutara de un grato momento cultural y de paso meditar respecto al dinero y todo lo que ello conlleva.