Sube la UF, la bencina, los planes de Isapres y ahora los limones. Nos estamos acostumbrando a salir del supermercado con bolsas recicladas y, como tal, más livianas. Es que las decisiones de compra de la dueña de casa o de los jóvenes avanzan hacia lo esencial y, en consecuencia, opera la restricción. Aunque podemos volvernos más cara de palo en el semáforo y menos ciudadanos participativos, desarrollamos sistemáticamente una especial sensibilidad al precio y, con ello, una gran habilidad para detectar promociones y encontrar descuentos.
La buena noticia es que el precio de los pasajes de avión no se va al cielo como la mayoría de los productos que nos rodean, sino que aterrizan y se ponen a disposición de las personas. SKY ahora es low cost y la posibilidad de viajar, para muchos, está más cerca que hace años. Excelente propuesta para aquellas personas que usualmente se desplazan por Chile y también para los que conocen el aeropuerto sólo cuando van a buscar familiares.
Con tarifas Light, que son ultra bajas y otras Plus (que incorporan adicionales), los precios se acomodan a cada cliente y a las propias necesidades que el diseño del viaje presenta. Hay algo de escala humana en este modelo, celebrado en algunas partes de Europa, que plantea un nuevo desafío para las compañías que son parte de la oferta en Chile. Una estrategia que ha generado preferencias y apunta a desplazar esa idea de que viajar en avión es un lujo, al mismo tiempo que se equipara a consumidores más planificados y preparados en lo que involucra viajar. Una apuesta que se orienta a reforzar más frecuencia y también abre nuevos perfiles.
Un modelo low cost incide significativamente en la marca que lo implementa. Sky cambia y busca posicionarse de la mano de los consumidores a la hora de planear un viaje. Entonces, la imagen corporativa de Sky también cambia, porque su modelo de negocio se transforma, argumento suficiente para entenderse en un nuevo punto de partida.Ahora más flexible, más atractiva a nuevos clientes, se proyecta más moderna. Entonces viajar, como experiencia, podrá extenderse.
La compañía deberá resguardar los niveles de recomendación de sus pasajeros, porque un modelo low cost no sólo funciona si el precio es preferencial y comparativamente conveniente, sino que también si la marca es expedita, ágil y no se da vueltas innecesarias que hagan desalinear los atributos de la marca y decidan llegar a sus destinos por otras vías.
Las declaraciones ya están sobre la mesa, lo que viene es una etapa de construcción de confianzas. Así, serán los propios consumidores los que promocionen positivamente a Sky y sumen a más personas en los aeropuertos y, por ahí, sigamos reclamando por qué suben los precios de los estacionamientos.
Por: Carlos Villares, director de la Escuela de Publicidad de la Universidad del Pacífico.