Académica de la Universidad Católica del Norte entregó algunas recomendaciones para fortalecer el sistema inmune durante el invierno.
Por estos días, ya se comienzan a sentir las bajas las temperaturas, la lluvia se hizo presente en nuestra región y con ello, lamentablemente, comienzan a aparecer las enfermedades estacionales, como los resfríos, los estados gripales, tos y otras afecciones respiratorias.
Por ello, resulta importante tomar medidas que nos ayuden a prevenir los ataques de bacterias y virus oportunistas, o al menos a aliviar sus síntomas cuando ya se presentaron.
Una de estas medidas es seguir una alimentación saludable, ingiriendo alimentos que aporten nutrientes que nos ayuden a reforzar nuestro sistema inmune y mejorar las defensas de nuestro organismo.
De acuerdo a lo que explicó la nutricionista y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica el Norte, Paula Cavieres, en los alimentos podemos encontrar compuestos que ejercen importantes funciones dentro de nuestro cuerpo, como por ejemplo aquellos que están presentes en las cebollas, ajos, berros, entre otros.
“Cuando este compuesto, llamado compuesto azufrado, llega a las vías respiratorias, actúa sobre la congestión nasal con un efecto mucolítico, facilitando la eliminación de la mucosidad”, señaló la especialista.
La profesional destacó también la importancia de consumir ácidos omega 3 ya que, entre otras funciones, “tiene un efecto antiinflamatorio en las mucosas de las vías respiratorias, y lo podemos encontrar en alimentos de origen marino, principalmente en pescados azules, y también en algunos frutos secos como las nueces y semillas”.
Por otro lado, el zinc presente en una variedad de alimentos de origen animal y vegetal, como carnes y en menor medida huevos, lácteos, nueces, semillas, legumbres y cereales sin refinar, contribuye a reducir la susceptibilidad a las infecciones agudas de las vías respiratorias mediante la regulación de diversas funciones inmunitarias, protegiendo la salud y la integridad de las células respiratorias en caso de inflamación o lesión pulmonar.
“Al igual que la vitamina D se ha evidenciado su asociación con la protección contra resfríos, gripes y otras afecciones respiratorias, al aumentar los niveles de péptidos antibióticos en los pulmones. Ésta deriva de la síntesis epidérmica producto de la radiación UBV solar y de fuentes alimentarias como en pescados, huevos y lácteos”, precisó la académica UCN, Paula Cavieres.
Además, la nutricionista enfatizó en el consumo diario de frutas y verduras frescas, las que proporcionan al organismo sustancias antioxidantes que ejercen un efecto beneficioso sobre la actividad pulmonar.
“Es necesario recordar la importancia del adecuado consumo de líquidos. Ya que estados gripales conviene aumentar la ingesta de estos, con el fin de hacer más fluidas las secreciones nasales y facilitar su eliminación”, finalizó.