En una cava, bodega o simplemente en el bar, descansan y evolucionan los vinos en los hogares de las personas. Pero, ¿qué les pasa a estos vinos con las bajas temperaturas? El enólogo de Viña Ventisquero, y Director de la Cofradía del Mérito Vitivinícola, Sergio Hormazábal, explica que para que los vinos evolucionen en perfectas condiciones, “deben conservarse idealmente a una temperatura constante entre 14 y 16 °C todo el año y a una humedad entre 70% y 80%”. Si esto no es posible, el enólogo dice que es mejor que se beba más frío que más caliente.
En el caso de que la temperatura baje de los 5°C el vino tinto puede tener “borra” en el fondo, “la cual debiera disolverse al aumentar la temperatura”. Si la temperatura baja de los -4°C, dice que pasa a ser un “problema grave” para el vino porque éste empieza a congelarse y pierde sus propiedades de aroma y sabor, pudiendo además reventarse la botella o salirse el corcho por la presión del hielo. “Un vino sometido a estas temperaturas nunca más será el mismo”, recalca.
Respecto a la temperatura adecuada para beberlos, recomienda que para los vinos tintos, “lo ideal es disfrutarlos a 16 o 18°C. Hay que poner atención con la famosa temperatura ambiente, porque ésta puede oscilar entre 15 a 30 grados según la época del año, el clima y la climatización del lugar. Pero como sugerencia general disfrutaremos más un vino tinto si no lo sentimos tibio al tomar la botella, sino más bien “fresco””. Para los vinos blancos aconseja en esta época beberlos 15 minutos después de haberlo sacado del refrigerador.
El vino aumenta la sensación de calor
Durante el invierno beber vino puede ayudar a pasar el frío y a aumentar la temperatura de las personas según explica Sergio Hormazábal. “Esta bebida en su versión tinta, de buen color y estructura y con nivel de alcohol sobre los 13° actúa como vasodilatador generando una sensación de calor”, dice.
El enólogo cuenta que durante los meses de invierno, las cepas que se beben comúnmente son las tintas como el Cabernet Sauvignon, Syrah, Cariñan, Petit Verdot y también un Carménère o un Grenache concentrado, así como las mezclas tintas que utilicen estas variedades.