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Lunes, Noviembre 25, 2024
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Haitiano residente crea diccionario para facilitar adaptación de su familia

Manis Vernizier tiene 37 años y hace casi cinco que llegó a La Serena desde República Dominicana, donde se dedicó a la construcción y aprendió a hablar un poco de español. Buscando mejores posibilidades de trabajo se vino a La Serena invitado por un primo que residía en la capital regional donde llegó en junio de 2013 sin entender mucho de la particular forma de hablar de los chilenos.

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“Me sentí feliz al llegar. La mayoría de la gente es simpática, y a los que son pesados uno no los pesca”, explica, usando uno de los tantos modismos nacionales que tuvo que aprender y que ya son parte de su vocabulario. “Me cuesta entender porque los chilenos hablan muy rápido. Pensé que no iba a aprender pero lo fui haciendo de a poco. Andaba solo en la calle buscando trabajo y hablaba con algunas personas y si entendía, entendía, si no, no”, cuenta riendo.

Ante esa dificultad y ya con su familia instalada en la zona, que incluye a su pequeña hija Erlanda de 10 años que asiste al colegio municipal Alonso de Ercilla, decidió crear un rudimentario pero efectivo diccionario casero con anotaciones en un cuaderno. “Empecé a escribir algunas palabras y frases para que mi hija entendiera algo en el colegio. Le sirvió y se pudo comunicar con sus compañeros. Ella no sabía nada de español. Escribí las partes del cuerpo, formas de saludar, las frutas y verduras, los días, los meses, esas cosas, y después no he tenido mucho tiempo de agregar nuevas palabras, pero lo haré. Mi jefa me regaló una pizarra que ahora tengo en mi casa y ahí pondré nuevas cosas. Ella es buena onda, me ayuda mucho. Es como una mamá para mí”, explica, Manis, agradeciendo a la propietaria del Fundo Quebrada de Monardes, donde él trabaja hace cuatro años con contrato indefinido, logro obtenido por su responsabilidad y esfuerzo. Trabajo agrícola, construcción, el año pasado capacitado como salvavidas en un curso realizado en Las Curuninas para la piscina de los niños, son parte de las labores que cumple. “Uno siempre busca la manera de adaptarse si no, no va a avanzar, hay que ponerse las pilas, ser fuerte. Lo más difícil es aprender la pronunciación y los modismos chilenos porque una sola palabra tiene muchos sentidos. Tengo algunos compañeros de trabajo que me están hablando de una cosa y no entiendo nada y me quedo plop, se ríen de mí y dicen “no cacha ni una” y yo digo “chileno no habla español”, cuenta riendo con su permanente buen humor.

COLABORACIÓN AL MUNICIPIO

Contactado por el municipio a través de Marcela Cortés, asistente social de la Corporación Municipal Gabriel González Videla, Manis Vernizier, además, entregó su valiosa colaboración para traducir el programa aniversario de La Serena a la lengua Kreyól.  Desde la casa edilicia explicaron que la idea era acercar también las actividades a los ciudadanos haitianos, entendiendo que forman parte ya de los denominados nuevos serenenses y, por lo tanto, se pensó en contar con este material en su lengua natal que hoy se exhibe en el frontis del municipio, módulo de Informaciones Turísticas de la plaza La Merced y en el Centro Cultural Iglesia Santa Inés, para que esté a disposición y ellos puedan también disfrutar del aniversario 473.

“Me siento muy contento porque nunca pensé en hacer algo así, ayudar a los haitianos que están aquí y es muy bueno. Me hace sentir bien. Los haitianos son igual que en todo el mundo. Algunos simpáticos, otros no, son trabajadores por eso en muchas partes los quieren para emplearlos. ¿Discriminación? sólo sufrí una vez por el comentario de una señora, pero nada más. Me sentí mal, pero no le respondí porque no soy desubicado”, dice, y agrega el apodo que tiene en el trabajo. “Mis compañeros me tienen sobrenombre, me dicen “negrito”, “negro”, pero no me enoja porque comprendo que es con cariño”. Respecto a ello, Vernizier aclara que, como muchos, no llegó a La Serena a quitar empleos, sino a instalarse legalmente. “Dicen que los extranjeros vienen a quitarles la pega a los chilenos, pero yo vengo a trabajar porque si no, cómo voy a comer y a tener ropa para mí y mi familia. Siempre busqué un trabajo formal, nunca pensé en estar ilegal, porque eso significa una multa para mí y no podría tener mis documentos nunca. Hoy estoy feliz con mi familia y quiero quedarme acá”.

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