Más de alguno se ha preguntado ¿por qué mi auto se dañó tan rápido? Muchas de esas respuestas van más allá de lo evidente ya que se trata de algunas malas prácticas asumidas como “normales” o simplemente por descuidos u omisiones que se cometen como parte del día a día.
¿Lo malo? El deterioro paulatino que va sufriendo el vehículo situación que -además de afectar su normal y óptimo funcionamiento- termina con bajar considerablemente su tasación y valor de reventa.
Así lo explica Guillermo Schacht, Técnico Mecánico Automotriz INACAP y Sub Gerente de Operaciones de www.vendenostuauto.com.
El Embrague
Manejar con el pie apoyado en este pedal provoca un desgaste prematuro en el rodamiento de empuje del sistema de embrague. Es una de las prácticas más habituales ya que se trata de una conducta inconsciente de quien maneja.
Neumáticos:
Se debe revisar la presión con los neumáticos fríos (que no hayan circulado más de 3 kms), idealmente una vez al mes y siguiendo lo indicado por el fabricante. Esta información normalmente está en una etiqueta pegada a un costado de la puerta de conductor.
La importancia de este chequeo es porque la presión de los neumáticos afecta directamente el desgaste de los mismos, la seguridad en curvas y frenados, el consumo de combustible.
Líquido Refrigerante:
Sus niveles se pueden revisar solamente con el motor frío, ya que es un sistema que funciona bajo presión en caliente (por lo mismo chequear este indicador es un error habitual que se comete en las bombas de bencina).
Las Plumillas:
No es un tema menor, ya que deben estar en buen estado. Una plumilla deteriorada provoca serios problemas de visibilidad, principalmente de noche. Además goma dura o de mala calidad puede dejar marcas o rayar el parabrisas.
Motores Diesel
Para este tipo de combustión se sugiere usar combustible de estaciones de servicio que tengan un alto flujo de venta. Con esto, evitar cargar petróleo acumulado y posiblemente contaminado. Los componentes del motor diesel son muy sensibles a la contaminación, por ejemplo con agua.
Climatización:
La recomendación es usarla sin conectar la recirculación de aire. Esto es importante porque el aire acondicionado seca el interior del vehículo y por consiguiente puede provocar deshidratación a sus ocupantes.
Lo ideal es que ingrese aire del exterior y dejar la recirculación sólo al transitar dentro de un túnel y/o en zonas donde exista mucha polución.
