En Chile, y dentro del ecosistema emprendedor, se acortó la brecha que había entre el financiamiento de startups en etapa temprana y el proceso de corporate venturing que está tomando de a poco más fuerza en nuestro país y en la región. Esto gracias a la ya conocida compra de Cornershop por la cadena de retail Walmart que estuvo avaluada por US225 millones.
La gran suma por la que fue adquirida no sólo abre nuevos caminos a los emprendedores, sino que crea un nuevo espacio sobre cómo las grandes empresas están conscientes del beneficio de trabajar y co-crear con startups, del complemento a su oferta de negocio y cómo pueden capturar y generar valor de esta relación. Estamos en un proceso de transformación en donde se vuelve necesario para las empresas, y no suficiente, el colaborar con startups de manera activa y con procesos claros.
Un estudio de la Revista Bussines Insider revela que innovar es 5 veces más barato y 3 veces más rápido cuando co-creamos con startups de manera sistemática, sin embargo esto no es asimilado por las empresas locales, quienes buscan en el corto plazo resultados e impacto de esta colaboración. En la actualidad es clave crear y facilitar espacios de trabajo e iniciativas de colaboración, hay que fusionar la flexibilidad en la puesta en marcha y el desarrollo ágil del startup con la capacidad de inversión y recursos (en su amplio sentido) de una compañía y la necesidad de mantenerse vigentes en una industria cada vez más competitiva.
La transformación al interior de las empresas no es un proceso simple y choca con la ansiedad de ver cambios raudamente, por lo que se hace cada vez más relevante que actores del ecosistema apoyen y sean nexos entre los startups y las empresas, a través de desafíos de innovación abierta y definición de alianzas estratégicas que permitan abordar con procesos, metodologías y herramientas la colaboración y co-creación entre ambos. Esto no se puede limitar a iniciativas de marketing, concursos o demodays, sino que a generar procesos sistemáticos y consistentes, con indicadores y prácticas conocidas y aceptadas al interior de las organizaciones, que permitan comprometer a los involucrados y generar un impacto real en el mediano plazo.
Casos como el de Cornershop nos muestra cómo esta colaboración y alianza estratégica puede evolucionar y permitir capturar valor a las corporaciones, a través de una mirada de mediano/largo plazo y con mecanismos de inversión directa por parte de empresas. Esta visión y estrategia (conocida como corporate venturing) es una deuda pendiente a nivel nacional, ya sea por miedo, desconocimiento o falta de apoyo directivo y es el gran desafío que tenemos como ecosistema que afrontar para lograr replicar muchos más casos como este y generar el desarrollo de esta promisoria industria en nuestro país.
Por Javier Cueto. gerente general de Imagine Lab