No es ningún secreto que los alimentos que ingerimos producen un efecto directo en nuestra salud. Pero, lo que no muchos saben, es que para tener una salud óptima nuestro cuerpo necesita un equilibrio apropiado entre los compuestos ácidos y los alcalinos. El problema radica en que nuestra sociedad tiende a consumir grandes cantidades de alimentos ricos en azúcar, en carne o muy procesados, todo lo cual contribuye a acidificar nuestro organismo.
“Los alimentos que consumimos diariamente inciden en nuestro bienestar físico, mental y emocional, y el estilo de vida propio de las sociedades industrializadas nos ha llevado a consumir una gran cantidad de productos ácidos. Por otro lado, una de las razones principales es que la industria hoy acidifica gran cantidad de alimentos para aumentar su tiempo en las vitrinas de los supermercados y almacenes”, explica Joel Solorza, Director de la Escuela de Gastronomía de la Universidad de Las Américas.
El problema es que al romper el equilibrio y acidificar nuestro organismo, se generan diversas enfermedades. Nuestras células viven en un mundo alcalino y oxidado, al cambiar este escenario ellas se transforman dando origen a muchas y graves patologías. “Por lo mismo, para evitar lo anterior, es necesario que cada comida esté constituida por alimentos alcalinizantes en mayor proporción que los alimentos acidificantes. También es importante adaptar las proporciones a las capacidades metabólicas de cada persona, es decir, consumir los alimentos ácidos cuando el organismo está preparado para ello”, señala el experto.
Como dato, el profesional de UDLA nos entrega una pauta sobre cuáles son los alimentos alcalinos: hortalizas verdes, hortalizas coloreadas como la zanahoria y la remolacha, maíz, leche, plátanos, almendras, castañas, ciruelas, pasas, uvas, agua mineral alcalina, aceitunas negras, aceite de oliva de presión en frío, aguacate, azúcar integral, germinados, sal, algas y especias verdes, entre otros.
“Es importante que los cocineros debiésemos ahora, y no en el futuro, crear en nuestras recetas y platos este equilibrio de manera de proteger la calidad de vida de los seres humanos”, finaliza Joel Solorza.