Actualizar la Política Energética al año 2050 fue el objetivo del Primer Diálogo Ciudadano realizado en Coquimbo y que reunió a representantes de instituciones públicas, organizaciones sociales, ONG, empresas, gremios y la academia, entre otros.
En la oportunidad se recogieron las visiones y propuestas locales que servirán de insumo a la reorientación de la Política Energética de Chile, que se basa en una visión común sobre la energía para nuestro país, con énfasis en mejorar la calidad de vida de las personas.
El Seremi de Energía, Alvaro Herrera, comentó que la importancia de este taller fue “tener la posibilidad de abordar todos los puntos de vista para que las políticas públicas que está llevando a cabo el Gobierno tengan sustento y respaldo ciudadano”. La autoridad subrayó que “sin duda el sector Energía no puede ser indiferente a todo el revuelo social de los últimos 55 días, el cual llegó para quedarse y es algo con lo que debemos convivir. Los objetivos con los que caminábamos en el Ministerio también han sufrido modificaciones y para ello debemos reenfocar nuestras estrategias y políticas”.
Desde 2015 Chile cuenta con una Política Energética de largo plazo, construida sobre la base de consensos de variados actores, mediante el diálogo y la evidencia técnica. El documento fue aprobado y firmado por Presidencia y por los diferentes ministerios relacionados, el cual contempló actualizaciones cada cinco años. De ahí la determinación del Ministerio de Energía de retomar este proceso, considerando los nuevos desafíos del país.
LA ENERGÍA DEL FUTURO
Sonia Montecinos, investigadora y académica del Departamento de Física de la Universidad de La Serena, mencionó que el aporte de la academia es clave. “Desde la des-carbonización y el ingreso de energías renovables que son variables, se puede generar conocimiento para tomar medidas de control para la mitigación y efecto de las variaciones, mediante sistemas de pronósticos y el desarrollo de tecnologías de almacenamiento”.
Raúl Vergara, presidente del Colegio de Ingenieros, valoró la oportunidad de que “nuestra opinión pueda ser plasmada en una visión de futuro. Si somos una Región que produce energía con sistemas renovables, eso debería verse reflejado en los costos de la energía eléctrica. No como un subsidio, pero la empresa modelo debería considerar las particularidades de cada región y eso traería mayor tranquilidad en el tarifado de los ciudadanos, sobre todo que tenemos muchas zonas dispersas”. Junto con ello, mencionó que es hora de apostar por otros tipos de energía, como el hidrógeno y la geotermia.
Por su parte, Lorenza Vega, vicepresidenta de la Comunidad Agrícola de Quitallaco, llamó a que exista real consideración con las comunidades en el diseño de los proyectos energéticos. “Nos gustaría una participación mayor, estar en una mesa de igual a igual, que nos tomen la opinión y no nos pasen a llevar”.
