El tiempo es indeclinable y el momento de competir se acerca. Dos objetivos, dos metas que se encaran desde la misma energía para Club Deportes La Serena como para Coquimbo Unido.
“Me voy de caravana….”
Uno de los últimos “hits” de la llamada Banda del Barbón, salida desde el seno de la hinchada aurinegra, decía “Me voy de caravana, a jugar la Sudamericana“. Y así será. Los piratas enfrentarán al cuadro venezolano de Aragua en la primera fase del torneo subcontinental.
Para eso el plantel que dirige Germán Corengia se está terminando de conformar y en la medida que se juegan los amistosos, poco a poco encontrando la fisonomía y el nivel que le permita ser protagonista de todas las competencias que deberá enfrentar, sabiendo la “vara alta” que dejó el proyecto que encabezó Patricio Graff hasta el año pasado.
Los últimos en integrarse fueron el volante Fernando Manríquez, proveniente de la U de Concepción y el defensor central Federico Pereyra, ex Huachipato, con lo que prácticamente quedaría listo el plantel coquimbano para esta temporada.
Tras los primeros amistosos, que registraron triunfo y derrota ante Colo Colo y la U de Chile en la capital, ambos por la cuenta mínima. Los dirigidos por Corengia afinan los últimos detalles con un par de juegos preparatorios más, pensando en el debut por el campeonato del último fin de semana de enero y lo que más se espera, el enfrentamiento por Copa Sudamericana ante el Aragua, cuyo juego de ida se disputará en el FSR el próximo 4 de febrero a las 19.15 horas.
Final a “todo o nada”
En CD La Serena la expectativa es enorme. Está a 90 minutos de ascender a la Primera División A y espera por el rival ganador de la liguilla que se juega en la capital.
Los adiestrados por Francisco Bozán han mantenido la base que hizo un buen torneo el 2019 y se reforzó con nombres importantes, tales como el ex colocolino Jaime Valdés y los goleadores Walter Ponce y Steffan Pino, además del lateral Sebastián Leyton, quien ya jugó por los granates.
La preparación ha sido fuerte y la confianza del mundo granate crece día a día, sin embargo, todos saben que será una final y ante ellos no se pueden cometer errores ni menos confiarse en la previa al compromiso. Es que los papayeros se juegan el todo o nada en un partido que, de ganarlo, lo deposita directamente en la división de oro de nuestro fútbol.
Los plazos se acortan y no se debe dejar nada al azar, de tal manera que al día final se llegue con la única mentalidad que es ganar ese partido, para así lograr el ansiado ascenso tras 7 años en la B.