Pocos tienen la conciencia de que nuestra boca es la puerta de entrada al sistema digestivo y respiratorio, siendo relevante para todo nuestro organismo y bienestar general. La salud bucal y una buena higiene no sólo puede ayudar a prevenir problemas en las encías o en los dientes, sino que también existe evidencia que éstos se asociarían a enfermedades cardiovasculares, respiratorias, diabetes y complicaciones en el embarazo.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi el 100% de los adultos tienen caries, mientras que entre los escolares esta cifra va entre el 60% y el 90%; y cerca del 30% de las personas entre 65 y 74 años no tienen su dentadura natural. Para Paula Molina, químico farmacéutico de Farmacias Ahumada, estas cifras son preocupantes, considerando la poca importancia que la población entrega a su salud bucal.
“Hay una falta de educación respecto a la higiene bucal -que incluye la poca periodicidad en el cepillado- y una ingesta excesiva de alimentos que dañan los dientes -como los dulces, otros ricos en ácidos y aquellos con coloración como el té o el café-, elementos que no contribuyen a tener una salud bucal óptima y que también repercuten en el funcionamiento de nuestro sistema”, señala.
De hecho, la Asociación Americana de Cardiología ha establecido que el cuidado de las encías es uno de los elementos de prevención para la cardiopatía isquémica. La endocarditis que es una infección al revestimiento interno de las válvulas cardiacas, se produciría cuando bacterias u otros gérmenes presentes en partes del cuerpo como la boca, se propagan a través del torrente sanguíneo, adhiriéndose a ciertas zonas del corazón.
Asimismo, y como consigna la Clínica Mayo, ciertas neumonías son generadas por bacterias alojadas en la boca que llegan a los pulmones, causando ésta y otras complicaciones respiratorias. Igualmente, existiría una relación directa entre la periodontitis –una grave infección a las encías que puede, incluso, destruir el hueso que sostiene los dientes- y partos prematuros, además de bajo peso al nacer.
“Ahora también hay algunas enfermedades –principalmente crónicas- que afectan la salud bucal. La diabetes, por ejemplo, al generar menos resistencia del organismo a diferentes infecciones, pone en riesgo la salud de las encías, cuyas infecciones parecen ser más graves y frecuentes en estos pacientes”, indica Molina.
Del mismo modo, ciertos medicamentos como los antihistamínicos, algunos analgésicos, antidepresivos y diuréticos reducen el flujo de saliva, que ayuda a neutralizar los ácidos que producen las bacterias en la boca. “En este sentido, la saliva es fundamental para protegernos de que éstas se multipliquen y puedan derivar en alguna enfermedad”, enfatiza la farmacéutica.
Por último, así como existen ciertos alimentos que dañan dientes y encías, existen otros que aportarían a nuestra salud dental. Molina hace hincapié en “aquellos ricos en calcio, como la leche y sus derivados, ya que fortalecen el esmalte, protegiendo a los dientes del desgaste. Frutas y verduras como la manzana y la zanahoria facilitan la eliminación de la placa bacteriana y aquellos ricos en fibra, al exigir un mayor esfuerzo para masticarlos, ayudarían en la producción de saliva”.
Por eso, el control médico y dental periódico, además de tener una buena rutina de limpieza como el cepillado constante -con la pasta de dientes y cepillo indicado para las características de cada persona-, el uso del hilo dental, enjuagues bucales y una dieta saludable, serán las claves para lograr una óptima salud bucal que repercutirá en nuestro bienestar general.