La tarde del sábado 17 de agosto de 1985, sobre los cielos de la capital de Chile un extraño objeto brillante fue visto por más de seis horas sobre la cordillera de Los Andes. Tenía un lento desplazamiento hacia el sur.
El fenómeno fue avistado desde diversos puntos de Santiago, y también Viña del Mar, Valparaíso, Villa Alemana y la localidad de Nogales. El paleontólogo, escritor e investigador chileno Juan Castillo, recuerda en su libro “Ovnis los mejores testigos”, que ese día fue alertado por sus vecinos sobre un fenómeno aéreo que estaba presenciando desde la calle San Diego en pleno centro de Santiago. Fue allí que “se decide y sale al pasaje en donde observa en lo alto y hacia el lado noroeste de su posición, un objeto elipsoidal, de apariencia metálica y brillante, que por la lejanía debió ser muy grande, atravesado por una especie de antena que asomaba tanto hacia abajo como hacia arriba”.
Castillo recuerda además que la observación duró aproximadamente una hora, tiempo en el cual “tuvo la ocurrencia de tomar como referencia un poste para corroborar que el objeto permaneció estático por largo rato, lo que descarta que el objeto fuese un avión, globo o satélite”.
El día 18 de agosto de 1985, el diario La Tercera, entregaba más antecedentes del hecho: “Informaciones suministradas en la torre de control del aeropuerto Merino Benítez, calificaron la luminosidad y apariencia del objeto como “sumamente extraña”, si bien aclaraba que no correspondía a la de un avión. Precisaron que el artefacto se desplazaba, aunque en forma muy lenta, en dirección oeste a este, a una altura superior a los 12.000 metros. Dado, precisamente, este último hecho es que descartaron la posibilidad de que fuese un globo sonda, ya que éstos no suben a tan grande altitud. A medida que transcurría el tiempo, el extraño objeto era visto por personas en distintos puntos de la capital, quienes coparon de llamadas telefónicas los medios informativos”, indicaba.
Testigos del fenómeno también fueron astrónomos del Observatorio Cerro Calán de la Universidad de Chile quienes lograron fotografiar directamente el objeto, descartando también que se tratara de algún globo, avión o helicóptero. Pilotos de las aerolíneas, Canadian Pacific y Ladeco que sobrevolaban los cielos de Santiago también reportaron el hecho.
Pero quizás lo que hizo más especial a este avistamiento, es que fue transmitido en vivo y en directo a través del programa “Sábados Gigantes”, conducido por Mario Kreutzberger, Don Francisco, y que los días sábado era casi cadena nacional. Desde el patio del canal 13, las cámaras pudieron captar las evoluciones del fenómeno.
En su momento, se especuló que se podría haber tratado de globos sondas o meteorológicos lanzados desde Australia, cuestión que fue descartada más tarde por los expertos de la Fuerza Aérea de Chile y de las oficinas australianas de climatología de Melbourne.
Hoy la ocurrencia de este suceso aún no existe una explicación satisfactoria para los investigadores del fenómeno OVNI, pero sin duda se trata de avistamiento más masivo del que se tenga registro en Chile.