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Lunes, Enero 6, 2025
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Encierro y estrés: los problemas psicológicos que han surgido por la pandemia

Según una encuesta de Trabajando realizada en el período 2019, el 82 % de los chilenos presentó un cuadro de estrés. Y eso fue antes de la pandemia.

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Con los confinamientos, esas mismas personas que ya tenían problemas psicológicos se vieron enfrentadas a un escenario del terror. Muchos tuvieron que aprender a trabajar con nuevas herramientas de manera remota y equilibrar las horas laborales con la casa y los hijos.

El doctor Otto Dörr Zegers, psiquiatra y Premio Nacional de Medicina 2018 aseguró que el quiebre en la rutina que llevábamos provocaría graves daños a nivel laboral, social y de salud.

“La revista Lancet alertó a principios del 2020 sobre los efectos de la pandemia en la salud mental de la población. Otro estudio en abril, destacaba que la salud mental durante la pandemia había exacerbado una serie de trastornos mentales que iban desde síntomas depresivos hasta el nerviosismo, aburrimiento y conductas de riesgo”, explicó el médico.

Insomnio, estrés, ansiedad, irritabilidad e incertidumbre fueron las nuevas compañeras de millones de personas que tal vez antes no tenían estos problemas.

Conductas de riesgo

La rutina de todos ha sido alterada para siempre. Algunos han podido sobrellevar los meses de encierro de mejor manera, pero otros no.

La mayor preocupación de los especialistas son aquellos que tienen rasgos patológicos anteriores a la pandemia o conductas de riesgo como el consumo de alcohol y drogas.

“Son quienes más les estaba costando sobrellevar los estados de aburrimiento, debido en gran parte a que su sistema dopaminérgico se encontraba en un estado de desequilibrio por el consumo”, comentó el doctor Dörr.

“Va a depender de la persona, de su edad, si se encuentra sola o acompañada, de su capacidad o posibilidad para cambiar la modalidad de trabajo, y por supuesto de los antecedentes de enfermedades mentales previas y actuales”, manifestó el psiquiatra.

Pero personas que se consideran dentro del rango de la normalidad también han sufrido con el encierro y el cambio de la rutina.

El doctor Dörr nos entregó algunos ejemplos. “Para aquellos sujetos que son muy responsables, cumplidores, autoexigentes consigo mismos y a la vez poco flexibles, esta situación ciertamente les será menos llevadera, o les implicará invertir más esfuerzo para adaptarse”.

¿Y quiénes están al otro lado de este espectro? “Aquellas personas cuyo proyecto vital no está concebido en patrones rígidos de conducta, que tienen una relación más libre con los roles que desempeñan y con las normas establecidas, es posible que logren reorganizarse y crear una nueva rutina con más facilidad”.

Ya llevamos casi un año desde el inicio de la pandemia y a los gobiernos se les ha hecho cada vez más difícil controlar a una población que está cansada del encierro. Sin quererlo, el coronavirus también acentuó las diferencias sociales al momento de confinarnos.

“Las condiciones habitacionales juegan un rol fundamental. Es distinto estar en una casa con jardín que en un departamento pequeño, en la ciudad que en el campo, vivir en la ciudad en condiciones más o menos hacinadas. También juega un rol el tipo de sociedad a la que se pertenece, mientras menos normado sea el país, más difícil es someterse a las condiciones de encierro que exige por momentos la pandemia”, dijo el doctor Dörr.

Los niños y la sociabilidad

Sin duda que los niños y los adolescentes son los más afectados con meses y meses de confinamiento. No pueden hacer deporte, jugar en la plaza o juntarse con sus amigos. Esta situación podría ser una gran desventaja en cómo estas personas se desarrollarán a futuro, comentó el doctor Dörr.

“El juego en los niños no sólo cumple una función de entretención, sino que también social. A través del juego, el niño aprende las reglas y cómo interactuar para alcanzar alguna meta competitiva, ensaya a través de situaciones ficticias cómo es la vida adulta. El no tener la posibilidad de interactuar a través del juego con otros niños, es muy grave”, aseveró el médico.

¿Cómo lo han pasado los niños y adolescentes en esta cuarentena? Horas y horas frente a una pantalla, en las clases online, viendo series para entretenerse o jugando videojuegos. “Es una actividad que produce alteraciones anímicas y disminuye la capacidad creativa, tornándose el cerebro más pasivo y receptivo, lo que le impide conocer sus propios recursos para lidiar con la situación nueva del encierro”, explicó el psiquiatra.

El doctor Dörr agregó que existen pruebas científicas que la larga exposición a los videojuegos potencia sentimientos potencia sentimientos de difusión, vulnerabilidad, angustia y depresión.

La recomendación que da el psiquiatra en este caso es paciencia y compromiso por parte de los padres. “Es importante tener claro que es una situación temporal, no vivirla como permanente, y tener siempre presente que llegará a su término. Mientras tanto, debemos desplegar todos los recursos posibles recursos en nosotros, lo que tiene que ir acompañado de actitudes como la paciencia, solidaridad, creatividad y saber pedir ayuda”, concluyó el doctor Dörr.

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