El reporte entregado el 31 de diciembre de 2020 por el Ministerio de Salud sobre el avance de la pandemia en Chile evidenció cifras demoledoras: el total de fallecidos por Covid-19 desde el inicio de la emergencia sanitaria llegó a las 16.608 personas, mientras que los casos positivos superaron los 608 mil desde que se registró el primer contagio en el país.
Pero además el avance de la pandemia trajo consigo otros problemas vinculados a la salud de la población que deben ser atendidos. Por ejemplo, nuestro país es una de las naciones en donde más se ha registrado un aumento de peso durante la pandemia. Esto quedó al descubierto gracias al estudio “Dieta y Salud Bajo el Covid─19” de la consultora Ipsos.
Este informe reveló que el 51 % de los chilenos afirma haber ganado peso en el encierro. Uno de los especialistas más destacados en el ámbito de la alimentación, el médico Otto Dörr Zegers, explica que la cuarentena puede estar relacionada a estas cifras. “El confinamiento al que estamos sometidos limita nuestra actividad cotidiana, disminuyendo la cantidad de ejercicio que realizábamos antes de la pandemia. El estar encerrado promueve sentimientos de aburrimiento y ansiedad, lo cual muchas veces se combate a través de la ingesta de alimentos”, asegura.
Las cifras del aumento en pandemia
Otro de los datos arrojados por este estudio indica que la actividad física también se redujo en los chilenos. Durante la pandemia, nuestro territorio se ubicó como el país que más bajó en índices de realización de deporte. Sin ir más lejos, el 33 % de los encuestados afirmó tener una merma en su actividad deportiva. El promedio mundial fue de un 23 %.
El aumento de peso de la población es un tema particularmente complejo considerando el contexto sanitario actual. Existe evidencia científica que indica que condiciones como el sobrepeso y la obesidad contribuyen a experimentar problemas más graves al momento de contraer el coronavirus.
Este es un detalle no menor para nuestro país, considerando que en el último registro publicado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), Chile es el segundo país con más casos de obesidad y sobrepeso del grupo, con un 74,2 % de la población mayor de 15 años sufriendo estas afecciones. Solo es superado por México con 75,2 %.
Para el psiquiatra Otto Dörr, es normal que durante situaciones extremas con las que estamos viviendo surjan este tipo de problemas: “Estudios anteriores a la pandemia, ya sea en contexto de incidentes terroristas o desastres naturales, señalaban un aumento en conductas adictivas, como el alcohol, tecnología o tabaquismo, lo que además, debilita la respuesta inmune del organismo, aumentando la vulnerabilidad a infectarse por COVID”.
Niños y adolescentes: la cruda realidad
En Chile, los estudios basados en niños, demuestran que las cifras de sobrepeso y obesidad han empeorado en los últimos años. Por ejemplo, según la Radiografía de la Obesidad Infantil, los menores de 6 años que presentan esta enfermedad aumentaron un 66,3% entre 2005 y 2017. En el caso de los estudiantes de primero básico, entre 1997 y 2018, la cifra se duplicó (12% al 24%).
Ahora con la pandemia, esta cifra podría haberse modificado nuevamente. A finales del 2020, la revista Journal Of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry publicó una revisión de 63 estudios con un total de 51.576 participantes y encontraron una asociación clara entre soledad y problemas de salud mental en niños y adolescentes.
“La soledad se asoció con futuros problemas de salud mental hasta 9 años después, siendo la asociación más fuerte la depresión”, explica el doctor Dörr. “Otro de los hallazgos reportados fue que las niñas mostraban más síntomas de depresión en comparación con los varones, y que estos tenían indicadores más elevados de ansiedad social”, agrega.
Sin comunicación directa por el cierre de colegios y escuelas, los menores de edad y adolescentes solo pueden comunicarse de forma online con sus amigos y profesores, lo que podría generarles ansiedad, y como ya se ha mencionado, esta podría traducirse en una ingesta aumentada de alimentos.
Ante la problemática, el psiquiatra Otto Dörr asegura que no existe ninguna solución milagrosa para obtener mejores resultados a nivel país. Incluso, agrega que es difícil volver a los hábitos alimenticios anteriores, porque la situación cambió radicalmente.
“Debemos reflexionar y meditar sobre cómo, con nuestras características particulares, tanto positivas como negativas, nos enfrentaremos a esta nueva realidad, y aportaremos a nuestro sistema familiar para que resista este difícil y desafiante momento”, sugiere el doctor Dörr.
El desafío para esta pandemia, en palabras del experto, es poder soportar este cambio mediante una adaptación sana a través de la creación de una nueva rutina en la que el ocio, el trabajo, el ejercicio, la comida y la sociabilidad tengan un justo y equilibrado espacio.