En el año 2015, entro en vigencia la Ley 20.845, que tienen como pilar tres elementos centrales: Fin al lucro, al copago y como regulación de la admisión escolar. Estos tres pilares, han permitido que se disminuyan barreras de acceso a la educación pública.
Lo anterior está basado en el contexto de la educación primaria y secundaria, pero en concreto, entonces ¿cuál es el rol que les compete a las instituciones de educación superior en el ámbito de la inclusión?
De manera general, la inclusión se puede definir como los espacios que se generan para disminuir o terminar con las brechas que afectan a los estudiantes en sus niveles de aprendizaje. Desde el punto de vista de la universidad, se entiende como aquellas acciones que favorecen el acceso, la permanencia y el egreso académico de manera exitosa, independiente del lugar o establecimiento, de donde provenga el o la estudiante.
Teniendo en cuenta lo anterior, para democratizar el proceso de educación, no solo basta con el acceso, sino que se hace necesario que se entreguen los apoyos desde el ámbito académico para propender al logro y el egreso exitoso de la carrera elegida.
En ese sentido, las instituciones están realizando varios esfuerzos para establecer lineamientos de respaldo a los estudiantes de los primeros años, como una forma de nivelar las condiciones de ingreso, de manera tal que el lugar o establecimiento educacional.
Por: Macarena Rojas Pérez, Subdirectora DAVE UCEN Región Coquimbo