Este 10 de octubre, en una nueva conmemoración del Día Mundial de la Salud Mental, las autoridades han reiterado el llamado a empoderar a la población para que cuiden de su propia salud mental y presten apoyo a los demás.
“El Coronavirus ha tenido un gran impacto en la población, experimentando angustia, temor e incertidumbre, sumado al aislamiento físico o pérdida de seres queridos. La salud mental y el bienestar de las personas se han visto gravemente afectados en el contexto de la pandemia. Son muchos quienes han experimentado sentimientos de angustia o temor por los efectos inmediatos del virus en la salud, por temor a contagiarse o por perder a miembros de su familia”, explicó el Seremi de Salud, Alejandro García.
Esto ha llevado a que, en el marco de la Asamblea Mundial de la Salud celebrada en mayo pasado, los gobiernos de todo el mundo reconocieran la necesidad de ampliar los servicios de salud mental de calidad, en todos los niveles de atención, buscando nuevas formas de prestar atención a sus poblaciones. Se ha creado, además, una campaña por el Día Mundial de la Salud Mental donde se comparten los esfuerzos realizados en distintos países y se destacarán múltiples historias que han logrado impactar positivamente en la salud mental de las personas.
“Ha llegado el momento de aprovechar esta energía renovada con el fin de hacer realidad la atención de salud mental de calidad para todos. El Día Mundial de la Salud Mental representa una oportunidad para que todas las organizaciones de la sociedad civil y muchas otras partes interesadas hablen de las medidas que ya están tomando y que pretenden tomar en apoyo de este objetivo”, agregó el Seremi García.
Cuidar de uno mismo y de los demás
Para Jessica Gallardo, Psicóloga y Asesora de Programas de Salud Pública de la Seremi de Salud, la conmemoración de este día “ofrece la oportunidad de empoderar a las personas para que cuiden de su propia salud mental y presten apoyo a los demás, sobre todo a aquellas personas que viven con una de las enfermedades mentales más comunes, como la depresión”.
La experta explicó que todas estas reacciones y consecuencias son parte de la respuesta esperable y comprensible de las personas y las comunidades frente a la crisis en curso, y de ninguna manera constituyen en sí mismas un problema de salud mental o sintomatología. “Es prioritario realizar acciones de abogacía al interior de las instituciones, su equipo de trabajo y su comunidad, para evitar que el temor, la ansiedad y el malestar sean estigmatizados y psicologizados”, finalizó Gallardo.