Hace veinticuatro años, la Dirección General de Aeronáutica Civil formó una entidad que se hizo responsable del estudio de toda la información relacionada con fenómenos aéreos extraños y que fueran observados o reportados en nuestros cielos. Este organismo nace luego de varios reportes provenientes desde la ciudad de Arica, donde unos meses antes, el principal incidente con un ovni lo protagonizara un avión Casa 212 del Ejército de Chile, con la designación de Eco-Inca.
El día 3 de octubre del año 1997, mediante el Decreto DGAC Nº 01599, amparado en la Ley Nº16.752, que da la orgánica y funcionamiento a esta institución, se instaura de manera oficial el Comité de Estudios de Fenómenos Aéreos Anómalos (Cefaa), el que originalmente se establece en la Escuela Técnica Aeronáutica (ETA), en la ciudad de Santiago.
Una participación esencial en la formación y posterior trabajo de este comité, la tiene don Gustavo Rodríguez Navarro, Controlador de Tránsito Aéreo, profesor de la ETA y quien desde varias décadas previas a la creación del Cefaa, introdujo en el mundo aéreo chileno, una base de datos sobre reportes de fenómenos anómalos en nuestros cielos. Hoy, Gustavo Rodríguez se encuentra jubilado disfrutando de su familia, siendo ineludible reconocer su meritorio trabajo profesional en este tema, sumado a que es una de las personas que más sabe de este fenómeno en nuestro país y es probable que en el mundo.
Ahora bien, el estudio oficial de los ovnis no parte con el CEFAA en 1997, sino que mucho antes con la creación de la Comisión Chilena para Estudios de Fenómenos Espaciales No Identificados, entidad que funcionó entre los años 1968 y 1975 en dependencias de la Oficina Meteorológica Nacional y recibió el nombre de la Comisión Bravo, ya que el jefe de aquella oficina era don Sergio Napoleón Bravo Flores.
Si lo analizamos desde una perspectiva estrictamente aeronáutica, ambos organismos fueron creados como una manera de obtener algún grado de información ante una gran cantidad de reportes de avistamientos que eran calificados como “objetos voladores no identificados” y que, mediante la prensa escrita, radio y televisión, junto a la literatura, el cine y en general todos los medios de comunicación social, en Chile al igual que en resto del mundo se creó una verdadera cultura ovni, despertando un interés masivo por este misterio.
Ciertamente, el espacio aéreo chileno posee una dimensión de 32 millones de kilómetros cuadrados, el cual se controla por parte de la DGAC desde la superficie hasta los cuarenta y cinco mil pies de altitud, (13.716 mts) y donde se efectúa una cifra cercana a las 500.000 operaciones aéreas por año. De este modo, el propósito del Cefaa es realizar la recepción, análisis y clasificación de los informes que provengan de las actividades aéreas, como también de otras fuentes de información como son reportes, testimonios, fotografías o videos de la comunidad en general, todo para colaborar activamente con la seguridad operacional en nuestros cielos.
En el año 2017 asume como director del Cefaa don Hugo Camus Palacios, periodista e historiador, el cual ha desarrollado una impecable labor de ordenar la base de datos casuístico que posee este organismo del Estado.
Otro aspecto importante, es que toda la información que este comité posee es pública y los casos están abiertos para el conocimiento de la ciudadanía en general, gracias a la aplicación de la Ley Nº 20.285 “Ley de Transparencia”.
Fuimos testigos cuando el Congreso de USA dispuso la creación de un equipo multidisciplinario para investigar los fenómenos aéreos anómalos, luego del informe del Pentágono del 25 de junio de este año 2021. En este sentido y sin presumir de aquello, Chile es uno de los países pioneros en la investigación oficial de ovnis y con el presente escenario en el mundo, enfocado en un estudio formal de las manifestaciones no identificadas, debemos esperar que nuestras autoridades aeronáuticas mantengan el rumbo trazado determinadamente hace 24 años, o incluso debiesen mejorar las actuales condiciones del Cefaa, combinando la investigación aeronáutica con la academia y todas las perspectivas disciplinarias que la ciencia nos entrega.
Los invito a visitar la página del comité (www.cefaa.gob.cl) y revisar la atractiva información que presenta, donde se destacan comunicaciones entre aeronaves y centros de control de tránsito aéreo, con interesantes audios que exhiben las denuncias de avistamientos o situaciones anormales vividas en dichas operaciones de vuelo.
Los pilotos somos personas que podemos tener errores de percepción o de interpretación, sin embargo, resulta evidente que existen manifestaciones que aún no podemos explicar y que parte importante de ellas están congregadas en lo que se conoce como ovnis, pero que en rigor técnico aeronáutico son fenómenos aéreos no identificados.
El 3% de casos que no poseen explicación convencional, son los que nos deja una pequeña ventana para que, por ejemplo, este comité exista o también para recordarnos que en muchos aspectos de la naturaleza somos bastante ignorantes y nos resta mucho por conocer, concebir y sobretodo aprender. Si no comenzamos por entendernos y dialogar entre nosotros mismos, va a ser muy difícil que algún día logremos hacerlo con algo, o alguien, que perfectamente podría estar detrás de algunos de estos fenómenos.
Por: Rodrigo Bravo Garrido: Piloto Militar, Mag. (c) Ciencias Sociales. Autor de Ufología Aeronáutica (2010), Los Extraterrestres han Muerto (2018) y El Legado del Nibelungo (2021). twitter: @ecobufon