Según datos del Registro Nacional de Mascotas, en Chile existen 1.529.576 animales domésticos inscritos, siendo la gran mayoría perros y gatos. A pesar de lo grande de esta cifra, este número podría ser mayor debido a que no todas las personas han inscrito a sus mascotas.
Pero fuera de esto, muchas de las familias que tienen animales en el hogar también tienen niños pequeños, los cuáles suelen ser los más animados a la hora de jugar y cuidar de ellos.
Esta cercanía que tienen los más pequeños con los animales puede ser beneficiosa según el ámbito de la psicología: “Las mascotas requieren de muchos cuidados, muchas veces casi los mismos que los humanos. Es por esto que tener una en casa puede motivar a que los niños generen un sentido de la responsabilidad mucho más temprano que otros niños que no poseen un perrito o un gatito”, señala la psicóloga Alejandra Goñi.
Los animales domésticos y la autoestima de los niños
Uno de los aspectos positivos que conlleva tener un animal en casa es que comúnmente suelen ser una fuente de felicidad tanto para padres como para los hijos. Según la literatura especializada, un perro, gato u otro animal doméstico puede también motivar a mejorar la autoestima que tienen los pequeños.
¿Por qué sucede esto? La explicación radica en que durante el desarrollo de los niños, especialmente el de los más pequeños, las mascotas pueden impulsar la psicomotricidad de ellos gracias a los constantes juegos, y por ende, esto ayuda a mejorar su autoestima.
Por otro lado, en los niños un poco más grandes, el hecho de poseer y cuidar de una mascota los ayuda a sentirse más grandes y responsables, logrando que así mejoren su autoestima y percepción de ellos mismos.
¿Cómo un niño se vuelve más responsable con una mascota?
Sin embargo, uno de los aspectos más relevantes a la hora de mantener una mascota en el hogar es que los niños pueden trabajar en ser más responsables: “Para que esto suceda los padres deben permitir que los niños no solo participen del juego con los animales. También, deben invitarlos a preocuparse de las necesidades que tienen ellos, como lo son el comer, pasear y bañarse”, comenta Alejandra Goñi.
Obviamente, hay que estar conscientes de que los pequeños no tienen todas las facultades para realizar todas las tareas asociadas al cuidado de un animal de hogar, por lo que los padres deben estar presentes en el cuidado de estas igualmente. Según indica la psicóloga chilena, hay que evitar caer en frases y conductas sustentadas en frases como “si la mascota es tuya, tú debes hacerte cargo de ella”.
El otro beneficio: Ayudan a enfrentar los miedos de los hijos
No obstante, hay una ganancia extra que surge de la relación entre los niños y las mascotas. Según comenta la especialista, hay ciertos miedos que pueden ser derribados en los niños y que tienen que ver con la relación que ellos tienen con otros animales o inclusive seres humanos.
“Si un niño o niña tiene una relación sana con un animal, en donde el respeto, el amor y la responsabilidad sean los pilares, es probable que el infante logre construir poco a poco una muralla que le hará perder el miedo a otros animales del mismo tipo, miedos que por lo general son heredados de los padres”, explica Alejandra Goñi.
Cuando un niño ve que su padre o madre mantiene una relación de distancia con un animal doméstico, es probable que también se separe de él, pudiendo afectar la futura relación que tendrá con ellos. Por eso, según añade Goñi, es beneficioso que los padres amen de la misma forma que sus hijos a las mascotas.
