La contribución de la naturaleza a los ecosistemas agrícolas y la importancia de una mayor biodiversidad en un huerto frutícola para mantener un cultivo sano, libre de plagas y resiliente a enfermedades y eventos climáticos extremos es el tema que aborda el proyecto ”Desarrollo de atrayente artificial como insumo para la implementación de estrategia de manejo de la polinización en huertos de palto var. Hass de la región de Valparaíso”, ejecutado por INIA La Cruz y que cuenta con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).
“En un contexto de déficit en la oferta de colmenas durante el período de polinización de especies frutales, el potencial de manejar servicios ecosistémicos por parte de insectos silvestres que cohabitan en los huertos asociadas a zonas de especies botánicas nativas, es una tremenda oportunidad para mejorar el rendimiento de los paltos en nuestro país y por lo tanto, el promover la presencia de estos polinizadores va en línea hacia una agricultura más sostenible y beneficiosa para la biodiversidad”, señala la representante de FIA en Metropolitana y Valparaíso, Carolina Fuentes.
En este contexto, un equipo técnico se desplegó en tres huertos de palta Hass de la región de Valparaíso y Metropolitana, durante el período de floración, para conocer la abundancia y diversidad de visitantes florales a través de observaciones tanto en los bordes como al interior de los huertos.
Estas observaciones realizadas en campo permitieron levantar información sobre cómo la flora nativa de la zona central puede promover la presencia de polinizadores silvestres.
Así lo explicó Jaime Martínez-Harms, doctor en biología e investigador del INIA La Cruz, “hemos completado las observaciones presenciales por dos temporadas en los tres predios donde se seleccionó áreas de estudio colindantes con vegetación silvestre”. Creemos, dijo, “que estos insectos silvestres complementan el trabajo de la abeja melífera, y que se podría contribuir a intensificar este tipo de procesos ecológicos a través del manejo del hábitat natural de insectos silvestres mediante la reincorporación de vegetación nativa, aumentando su disponibilidad dentro de ambientes agrícolas o en sus bordes”. El 2020, recordó el experto, “se recolectaron sobre 60 especies de insectos que visitan flores del palto dando cuenta de una enorme diversidad de potenciales polinizadores”. El experto destaca, “el rol de la biodiversidad en cuanto a su aporte en servicios tales como la polinización, control biológico y fijación de nutrientes mediada por microorganismos de suelo, y cómo estos servicios pueden otorgar características particulares a la producción agrícola”.
SISTEMA
Para llevar a cabo la recolección de datos, en cada huerto se definieron tres transectos de 300 metros lineales y los puntos de observación se realizaron a distancias predefinidas. Además se estableció un trayecto control, el que colinda con otro cultivo o un camino; y, dos trayectos que colindan con una zona de hábitat de vegetación silvestre.
Aquí, se estudió la abundancia y diversidad de polinizadores a diferentes distancias del borde, esto es, a los 50, 100, 200 y 300 metros del borde o cero metros. “Las observaciones consistieron en evaluar en un área definida durante cinco minutos la diversidad de insectos polinizadores que visitan la flor del palto a lo largo de cada transecto”. El borde es el lugar donde dos ecosistemas se encuentran, es decir, son zonas de contacto entre dos áreas estructuralmente distintas: en este caso, un huerto de palto y la vegetación silvestre aledaña. “Si se maneja el hábitat natural de los polinizadores silvestres, aumentando su disponibilidad dentro de ambientes agrícolas o en sus bordes, se puede favorecer su presencia”.
Durante el muestro se utilizó observación directa y cámaras Gopro para registrar la conducta de los insectos que se posan sobre las flores. En ambos métodos contabilizaron número de visitas, insectos, flores visitadas; y, la identidad de los insectos que visitan las flores.
El Dr. Juan Luis Celis, investigador asociado al proyecto, FIA, coincide en que sistemas productivos más biodiversos conllevan prácticas que requieren menos insumos externos puesto que aprovechan los insumos que provee la naturaleza. “Los beneficios que los ecosistemas naturales pueden aportar a la sociedad en general y a los cultivos en particular es enorme entregando valor agregado a la producción agrícola e incorporando biodiversidad en los ecosistemas agrícolas”.
Juan Luis Celis es docente de la PUCV y además investigador asociado de este proyecto apoyado por FIA. Desarrolla una línea de investigación similar que se materializa en el proyecto del cual es director responsable: “Integrando el conocimiento de los servicios ecosistémicos para promover la agricultura sostenible en Chile (ACT192027)”, financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID), del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación de Chile.
El Dr. Martínez concluye que a “través de la reincorporación de vegetación nativa dentro de los huertos de palto, podríamos contribuir a intensificar procesos ecológicos que son relevantes para la productividad como es la polinización”.