Así como el colchón, la almohada es la fiel compañera para un mejor descanso. Permite alinear la columna durante las horas de sueño, evitando así dolores de espalda y cuello, además de relajar los músculos del cuerpo, mejorando la respiración. Por lo anterior, dormir con una buena almohada es esencial para despertar descansado y, tan importante como ello, es contar con una que no presente desgaste por su uso.
Existe una estrecha relación entre los problemas cervicales y los trastornos de sueño como el insomnio. De acuerdo a estudios de la Red Española de Investigadores en Dolencias de Espaldas (Reide), un 62,7% de los pacientes con dolor cervical tienen una mala calidad de sueño.
“Hay una relación bastante importante. Los problemas cervicales generan dolor, lo cual impacta en la calidad del sueño; la conciliación e incluso la mantención”, explicó el Dr. Álvaro Vidal, neurólogo de Clínica Somno.
Las almohadas tienen vida útil y aunque no existe una fecha estándar, especialistas de la clínica consideran que cambiarla cada dos años es un tiempo prudente, tanto como por desgaste como por higiene. En este último punto, si las almohadas no se limpian correctamente, pueden ser un foco de bacterias y posibles infecciones por ácaros y suciedad.
También es importante considerar que aceites del pelo y cuerpo impregnan los tejidos, haciendo que las almohadas pierdan las propiedades que nos protegen de alergias. Cuadros alérgicos como la rinitis son otros causantes de trastornos del sueño como ronquidos, apneas e insomnio, con un impacto directo en la calidad del dormir.
“Los cuadros alérgicos impactan en los trastornos del sueño. En cuanto a la dermatitis alérgica, el prurito (picazón) nocturno dificulta el sueño y en relación a la rinitis alérgica, las molestias nasales tales como congestión, prurito o secreción nasal, pueden empeorar incluso una roncopatía o apnea del sueño”, agregó el especialista.
Algunas de las recomendaciones para saber si es momento de cambiar la almohada es comprobar si esta ha perdido su forma original, pues esto hace que pierda soporte para mantener alineada la cabeza, el cuello y la columna. Comprobar el estado de las telas también es importante, pues puede que a partir de esto el relleno comience a salirse.
Por otro lado, si la almohada presenta manchas amarillas es señal que los aceites del cuerpo la están deteriorando, permitiendo la aparición de acné y otras reacciones alérgicas. Si está expuesta a un ambiente húmedo, esto va a contribuir a un desgaste más temprano tanto de su tela como de su relleno.