En 2020, la ONU publicó un informe sobre mujeres en STEM relevando datos de la UNESCO: solo un 29,3%, de la tasa mundial, eran investigadoras y un escenario más alentador y paritario en América Latina y el Caribe elevando la cifra a un 45%. En el caso de la educación superior, solo el 35% de los estudiantes de carreras y programas del campo de las STEM son mujeres.
En Chile, la matrícula femenina de primer año de educación superior 2021 en carreras de Tecnología, asociadas, por ejemplo, a la Ingeniería, Computación, Mecánica, Electrónica y Construcción, entre otras carreras, fue apenas un 20%, no mucho más que lo que se observó en 2015 (19%).
“Desde Samsung queremos acercar a más mujeres a la innovación y las nuevas tecnologías. A través de nuestros programas educativos realizamos acciones concretas para ayudar a acortar esta brecha de género. Por ejemplo, en el concurso Samsung Solve for Tomorrow uno de los requisitos para participar es que el equipo cuente obligatoriamente con una mujer. Con esto hemos conseguido un 56% de participación femenina, y queremos seguir por este camino, para que desde el colegio las mujeres puedan tener experiencias significativas a través de las STEM”, indica Anita Caerols, Directora de Marketing y Ciudadanía Corporativa.
La primera chilena menor de 35 años en el ranking del MIT
Se ha convertido en un referente de inspiración para niñas, adolescentes y mujeres. Hablamos de Barbarita Lara, ingeniera de Ejecución en Informática de la USM y que se dio a conocer con su desarrollo S!E, un sistema de información de emergencia que permite enviar mensajes incluso cuando no hay internet o redes móviles.
Con varios reconocimientos encima, incluido en ser la primera chilena en estar en la lista mundial de innovadores menores de 35 años del MIT, ha estado presente en proyectos de Samsung, compartiendo su experiencia con los estudiantes, y además siendo jurado en el concurso Solve for Tomorrow.
“Me parece genial que más niñas estén interesadas en STEM y que se vean como generadoras de cambio utilizando la tecnología como una herramienta para ello. Somos todos iguales y podemos hacer cualquier cosa si nos proponemos. Muchas veces hay niños y niñas que piensan que no pueden, pero cuando conocen historias y lo lejos que han llegado otros desarrollando innovación tecnológica, ven que pueden ser ellos los próximos. Somos muchas las chilenas que estamos en innovación, ciencia y la tecnología, pero quizás poco visibilizadas” dice Barbarita.
“Me interesé en robótica a los 12 años”
Daniela Sáez, tiene 26 años y es coordinadora de la ONG Innovacien, en 2021 fue parte de Samsung Innovation Campus en 2021 y es embajadora de varias iniciativas de empoderamiento STEM en mujeres. De profesión ingeniera en Electrónica, muy pequeña tuvo su primer acercamiento con la innovación.
“Yo vengo de una familia humilde, y a los 12 años me inscribí en un programa de robótica autodidacta y luego de eso desarrollé más proyectos, uno de ellos para ayudar a personas ciegas. En mis primeras experiencias la gente se sorprendía que había una mujer detrás de ellos. Veo que estamos avanzando. Cuando yo entré a la universidad éramos 2 mujeres en un universo de 50 alumnos. Hoy las casas de estudio están incentivando cuotas de género para que más mujeres entren a carreras STEM. También empresas se han comprometido en la equidad de sus liderazgos. Espero que algún día dejemos de trabajar en la paridad en STEM porque eso indicará que para Chile la equidad es algo normalizado” comparte Daniela.
Incentivar el empoderamiento tecnológico desde pequeños
La profesora Samanta González tuvo varios años de trabajo en empoderar a los alumnos del Colegio Palmares de Santiago en conocimiento tecnológico. Primero lideró un club de apps. Un año más tarde, en 2017 decidieron ir un poco más allá y participar en la versión del programa “Solve For Tomorrow” de ese año apoyando a un grupo de 2 niños y 2 niñas para postular el proyecto de una aplicación que traduce de Kreyol a español y viceversa. Hoy es la encargada de orientación y convivencia escolar en otro colegio, y desde este rol, no olvida el compromiso que asumió cuando decidió aprender de programación.
“Creo que es importante partir desde los primeros años de escolaridad. Es muy importante reforzar autoestimas porque permite creer, pasar del yo no puedo a pido ayuda para aprender. En el caso de las niñas, se empoderan desde pequeñas. Es importante reconocer fortalezas más allá del género y lo interesante de los proyectos es eso, detectar las habilidades y las características propias de cada integrante” explica la profesora.
“Debemos entender que hay espacio para todos, que las mujeres podemos ser parte del campo de las STEM y que podemos hacerlo igual de bien que cualquier persona” finaliza.
Finalista en los Global Teacher Prize Chile 2020
Militza Saavedra es profesora del Colegio Villa Nonguén de Concepción. Ha apoyado durante 3 años consecutivos a alumnos para presentar proyectos en “Solve For Tomorrow”. También lideró el desarrollo de una malla curricular enfocada en innovación para la primera generación de alumnos de enseñanza media del establecimiento. Todo lo anterior, fue la base para ser destacada entre los 5 finalistas en los Global Teacher Prize Chile 2020.
“En general en todos los proyectos que hemos trabajado y que han tenido continuidad hemos tenido una participación femenina del 66,6%, es decir, más mujeres que hombres. Lo consideramos un factor super positivo porque vemos que se han derribado barreras en áreas que muchas veces se consideran que no son para ellas” comparte Militza.
Respecto a lograr equidad: “Veo como muy bueno que los establecimientos vean la brecha como algo relevante y hagan algo por eso. Veo a más mujeres desarrollándose en áreas STEM, pero todavía estamos muy por debajo y los concursos y los programas de formación permiten introducir a más estudiantes, incluso desde la enseñanza básica”.
“En un ambiente rural, el desarrollo de innovación puede cambiar vidas”
Carla Guzmán es profesora del colegio público rural El Ajial, en Retiro en la Región del Maule. En 2019 apoyó a un grupo de alumnos que presentó un proyecto que consistía en la creación de un medidor de contaminación del agua, idea inspirada en un canal de riego del sector y de la poca certeza que se tenía de su calidad.
“Fue muy emocionante poder participar en el concurso. Para los niños y niñas fue un golpe de energía importante. La idea original fue de una de ellas y fue ella quien empezó a armar el grupo de trabajo” explica Carla.
“Nuestro ambiente no es netamente tecnológico y yo como profesora he asumido el compromiso de aprender todo lo que puedo para llevar a los alumnos hasta dónde quieran llegar y empoderarlos, sobre todo a las niñas, para usar las STEM en beneficio de las necesidades de la gente. Con el desarrollo del medidor, lograron ganancia. Hoy dos de ellas estudian tecnología médica, un área que quizás no hubieran considerado sin la experiencia que tuvieron en 2019” dice orgullosa.