Los ronquidos son el sonido ronco o fuerte que se produce cuando el aire pasa por los tejidos relajados de la garganta y hace que estos vibren mientras la persona respira. Si bien todos podemos roncar, existen algunas situaciones en las que es importante levantar la alerta y consultar con un especialista.
“Se consideran normales si ocurren en forma ocasional, en relación a consumo de alcohol o comidas abundantes, pero es necesario consultar cuando se asocian a pausas respiratorias (apneas), somnolencia diurna, bruxismo o movimientos de extremidades en la noche y si son molestos para el compañero de cama”, cuenta Evelyn Benavides, neuróloga del Centro del Sueño de Clínica Bupa Santiago.
Asimismo, de acuerdo con lo que detalla la experta, los ronquidos son mucho más frecuentes en personas obesas, consumidores nocturnos de alcohol y cuando hay uso de relajantes musculares. Además, la doctora Benavides agrega que “a lo largo de su vida los hombres tienen más frecuencia de ronquido que las mujeres, pero en la menopausia esta diferencia disminuye”.
Más allá de lo molestos que pueden ser, los ronquidos pueden llegar a afectar significativamente las relaciones de parejas o familiares. Esta afección, además, tiene consecuencias negativas en el descanso, como la aparición de fatiga, somnolencia e incluso una disminución la libido, además de ser un factor de riesgo de enfermedades crónicas.
¿Cómo tratarlo?
Respecto de los tratamientos, la especialista explica que principalmente dependen de la causa y que se relacionan con el manejo de los hábitos de sueño, restricción de comidas pesadas, disminución de alcohol y tabaco, y aumento de la actividad física, de manera de evitar el sobrepeso.
“En algunos casos, los especialistas pueden requerir de exámenes especiales, para revisar por ejemplo la estructura de las vías respiratorias o un estudio del sueño, para analizar diferentes indicadores mientras la persona duerme, como por ejemplo las ondas cerebrales, el nivel de oxígeno en la sangre, la frecuencia cardíaca, la respiración y las etapas del sueño. Todo esto se va viendo caso a caso”, cuenta la neuróloga de Clínica Bupa Santiago.
Respecto al caso de los niños, la neuróloga es enfática en decir que ellos no deberían roncar, por lo que si esto ocurre hay que consultar con el pediatra para evaluar una posible obstrucción de la vía aérea.