La crisis medioambiental que vivimos es irreparable. El daño que le hemos hecho a nuestro ecosistema es tal, que nunca será como antes. Los gases de invernadero han destruido lenta y agresivamente la capa de ozono, pronosticando un futuro sin agua, contaminado, con especies extinguiéndose y un deterioro paulatino de áreas verdes.
Hoy más que nunca, existe una concientización relevante sobre esto. En ese sentido, Chile ya está avanzando en renovar las fuentes de energía: sostenible y amigable con el medio ambiente. Tras el anuncio de una Política Energética Nacional (PEN) uno de los grandes objetivos es la neutralidad de carbono al 2050.
Además, el país tiene planes establecidos para terminar con la generación eléctrica a base de carbón en el 2025 y que en el 2035 solo se vendan autos con cero emisiones. La nueva matriz energética de Chile avanza a paso firme. La meta para el 2025: contar con una capacidad de generación instalada en las plantas de ERNC equivalente al 20 por ciento de la matriz energética. Hoy es de casi un 25%.
Referente mundial de energías renovables
Dada su vasta extensión de tierra, climas, aires y macroformas, Chile cuenta con diversas características naturales que prometen un desarrollo de energías renovables que sustentarán un futuro sustentable. La ambición no es menor: ser un referente mundial.
La energía solar, eólica, de biomasa, hidráulica, marina y lo que promete el hidrógeno verde serán, sin duda, los pilares fundamentales de un futuro que no solo será sustentable y cuidadoso con el medio ambiente, sino que permitirá mejorar la calidad de vida de las personas con un mayor descentralización y desarrollo regional.
Se están generando nuevas oportunidades y retos. La tarea no es simple. Se trata de un desafío relevante que permitirá la creación de una industria clave para el futuro: la renovable.
Los ojos ya están puestos en el país. Por cuarto año consecutivo, Chile fue reconocido como el mejor país para invertir en energías renovables en América según el reporte Climatescope 2021 de Bloomberg New Energy Finance. Además, el escrito señala que el país atrajo durante el 2020 US$4.600 millones de inversión en energías limpias, principalmente solar y eólica.
La puesta en marcha de la nueva matriz energética de Chile es tarea de todos. Desde las prácticas industriales hasta el consumo eficiente de agua de los ciudadanos. La energía es mucho más que un insumo, se trata de la promoción de cambios positivos en la vida de las personas y su relación con el entorno.
La administración y generación sostenible y responsable de la energía también es parte de una sociedad equitativa.
Por: Claudio Ortiz Welsch, gerente general de Cisco Chile