El 6 de mayo de 1969 es una fecha que quedará en la historia de nuestro país, pues fue en ese día que se materializa un gran anhelo de muchos, se publica la ley de Colegios Profesionales, y junto con ello se establece la Celebración del Día Nacional del Kinesiólogo. Pero nuestra historia no comienza ahí, fue en el año 1947 en que se cambia el título de Técnico en Kinesiterapia por el de Kinesiólogos. Desde aquel histórico 6 de mayo han transcurrido 53 años, y el desarrollo de la Kinesiología ha sido enorme, ampliando su espectro de acción e intervención y aún más importante, certificando su quehacer basado en la evidencia científica.
El país sabe del importante y valioso aporte que nuestra profesión realiza a la salud de la sociedad, sabe de su alto compromiso con las personas y sus comunidades. El sobresaliente rol de la kinesiología se materializa en que es la encargada de gestionar el movimiento y la función a lo largo de todo el ciclo vital de las personas y en cualquier condición de salud, eso nos lleva a que día a día no sólo velemos por cumplir con el objetivo final que es la recuperación funcional de los usuarios, sino también a ser profesionales proactivos, comunicativos, empáticos, creativos y didácticos.
Como formadores de futuros kinesiólogos, nuestra escuela de kinesiología UDLA enfrenta el gran desafío de estar a la vanguardia del conocimiento disciplinar, así como también de las distintas estrategias pedagógicas que permitan facilitar en nuestros estudiantes el conocimiento y adquisición de habilidades tanto personales como profesionales, dando sustento a la relación académica con el mundo social y la vinculación con nuestro medio externo, aportando de esta manera a mejorar las condiciones de atención de nuestra población y, en definitiva, de su calidad de vida.