Las rabietas o pataletas suelen ocurrir con mayor frecuencia en la primera infancia, porque en esa etapa, todavía no se ha desarrollado la habilidad para identificar y expresar los sentimientos de forma adecuada.
Consuelo Novoa, académica de la carrera de Psicología afirma que es muy importante que “los adultos contengan y acompañen emocionalmente a niños y niñas en esta etapa, que actúen como correguladores de sus emociones, pues en este período aún requieren de una figura externa que les ayude en aquello que aún no consiguen de forma autónoma”.
¿Qué implica eso? La psicóloga indica que “ayudarles a identificar lo que les está pasando, abrazarles si requieren ese contacto físico, bajar a su altura, mirarlos a los ojos, favorecer la expresión de sus emociones y empatizar con ellas, lo que no significa validar o aceptar la pataleta. Por ejemplo, Entiendo tu rabia, probablemente a mí también me daría rabia si quisiera seguir jugando, pero en este minuto tenemos que irnos. Mañana podrás volver y jugar nuevamente con tu amigo”.
Además, señala que al momento de la pataleta “no es recomendable intentar convencer al niño o niña de lo que es o no correcto. No es un minuto adecuado para una negociación porque está desbordado”.
También no es recomendable dejarlos solos en ese instante porque la rabia, la pena y la frustración son un llamado también a la atención y eso implica la necesidad de compañía “sin validar la forma en que se está manifestando la emoción, pero sí lo que se siente”.
En calma
Apenas termina la pataleta, la académica dice que es necesario reforzar positivamente el término de este episodio y el hecho de que el niño o niña haya logrado volver a la calma a través de un elogio o una palabra de felicitación. Asimismo, se debe evitar el juicio de las emociones y no usar frases como que “los niños malos hacen pataletas o que la rabia no es para las niñas”.
Consuelo Novoa enfatiza además que los adultos deben tratar de identificar las situaciones o escenarios que producen con más frecuencia las pataletas e intentar evitar ciertos escenarios. Además de ello, sugiere “especificar cuáles son las conductas que no están permitidas en casa, ayudarles en la expresión emocional por ejemplo poniéndole nombre a las emociones y en momentos de negociación, permitirles que escojan entre algunas alternativas cuando están frustrados”.
La psicóloga también recomienda seguir algunas estrategias ante situaciones que puedan gatillar pataletas tales como:
- Dar instrucciones simples y específicas además de establecer contacto visual con niños y niñas para sepan lo que se les está pidiendo.
- Al cambiar de actividad es bueno hacer transiciones y anticipar lo que viene, para evitar mayor frustración (quedan 10 minutos para terminar de jugar, en dos minutos vamos a salir de la casa).
- Hacer uso de refuerzos positivos para ir anclando formas adecuadas de manifestar las emociones, sin mezclarlos con la crítica.
- Cuando logran la calma, señalarles que lo hicieron muy bien porque logró tranquilizarse y explicarles lo que le ocurrió, sin criticarles.