Millaray tiene nueve años y su visita al hospital fue totalmente diferente. Y es que llegó feliz de la mano junto su familia para recibir un colorido diploma que simboliza el alta médica por haber cumplido el ciclo de seguimiento en el programa de prematuros, y a su vez, es un reconocimiento al compromiso y constancia de sus padres para lograr la recuperación y fortalecimiento de ella junto al equipo de salud. Risas, juegos, bailes y sorpresas fueron la tónica que sellaron el reencuentro de los tíos y tías de la Unidad de Paciente Crítico Neonatal (UPCN) y miembros del Policlínico de Prematuros con las familias y los pequeños grandes guerreros que lograron doblarle la mano al destino.
Un total de 34 niños y niñas de la región pudieron cerrar un ciclo que comenzó con mucho temor e incertidumbre, ya que su vida estaba en riesgo, pero que gracias al incansable trabajo del equipo de salud y el compromiso de las familias, lograron sacarlos adelante. Durante la ceremonia los padres y madres se vieron emocionados, ya que los recuerdos los invaden, pero hoy pueden ver el futuro con más esperanza para sus hijos. “Es un proceso lleno de emociones, bastante largo. Con esto cerramos una etapa muy importante que se ve reflejada en mi hija Millaray y en el esfuerzo que puso todo el equipo para sacarla adelante, porque venía con muchas complicaciones, pero ellos se portaron excelente y nos acompañaron en todo momento” comenta Karla Rojas.
El Hospital de La Serena cuenta con una Unidad de Paciente Crítico Neonatal donde llegan los recién nacidos más gravemente enfermos de la región de Coquimbo y Atacama, entre ellos, los prematuros y prematuros extremos que requieren cuidados especializados, ya que nacen antes de las 32 semanas de edad gestacional y/o pesan menos de 1.500 gramos. En tanto el programa de seguimiento de prematuros comenzó en el hospital serenense en 1999 como piloto en Chile y se convirtió en un plan nacional al año siguiente, con el objetivo de optimizar el estado de salud de los prematuros extremos para favorecer su incorporación a la sociedad con el máximo de sus potencialidades.
Han pasado 23 años desde ese entonces y la familia UPCN o UCIN como también es conocida, se fortalece cada día más. Para Claudia Muñoz, enfermera supervisora de la unidad, “lo más importante de este equipo es que es super comprometido, le gusta hacer lo que hacen y son muy responsables, están conscientes de su labor y ello no sólo implica el trabajo directo con el niño, sino que también con la familia, porque para nosotros la familia es muy importante y no se puede dejar de lado, trabajamos con los niños, pero es sumamente relevante establecer confianza con los padres para que ellos se sientan seguros en este proceso”.
“El universo de los prematuros”
Se trata de un inédito libro testimonial que fue lanzado durante el encuentro y que en su primera edición contará con más de 10 relatos de familias con hijos prematuros que han pasado por la unidad crítica y también tendrá vivencias y reflexiones del equipo de salud.
Este hermoso trabajo fue impulsado por la psicóloga Isabel Pinto junto a la kinesióloga Valeria Tapia, ambas miembros del equipo de seguimiento del programa prematuros del Hospital de La Serena, y fue financiado, en parte, gracias al apoyo del Club de Leones de La Serena. El libro estará disponible a contar del mes de diciembre en la página web del establecimiento www.hospitalserena.cl, a través del cual padres y madres de los pacientes prematuros hospitalizados, podrán volcar sus experiencias de vida con fines terapéuticos y también como signo de esperanza para otras familias que estén comenzando el camino de la prematurez de sus hijos o hijas.
“Para mí fue muy gratificante volver a La Serena y ver nuevamente al equipo que nos apoyó muchísimo. Es una hermosa oportunidad el poder plasmar la historia de Santiago, para que sirva a otras mamitas que vienen, y poder decirles que sí se puede con mucha fe y con todo el apoyo del equipo de salud que son muy humanos”, precisó Carmen Silva, una de las madres que aportó con su historia familiar en el nuevo libro digital.
Una de la profesionales que impulsó el proyecto fue Valeria Tapia y “junto a Isabel, hace mucho tiempo teníamos las ganas de hacer algo que permitiera expresar la experiencia que tienen las familias en un proceso de hospitalización, porque finalmente nos centramos en los niños que requieren todo el apoyo clínico, pero hay veces en las que nos olvidamos de la familia, principalmente ese es el centro de lo que ahora se está utilizando en cuidados intensivos, los cuidados centrados en el desarrollo y la familia, es lo que se utiliza como método ya que hay evidencia de que aporta significativamente en la recuperación del paciente”, comentó la kinesióloga.
Un mágico reencuentro después de tres años
Este año, el encuentro regional del prematuro fue especialmente significativo, ya que desde el 2019 no se realizaba la tradicional ceremonia de egreso, por ello el equipo se encargó de abrir las puertas del hospital para acoger como en casa a los niños, niñas y sus familias.
El encuentro fue ampliamente valorado por los asistentes, así lo afirmó la SEREMI de Salud, Dra. Paola Salas que dijo presente junto a otras autoridades regionales. “Esto tiene un impacto inmenso, porque es una señal de lo bien que se pueden hacer las cosas y principalmente entregar vida que no siempre uno lo puede hacer, pero hoy un niño que pesa 500 gramos al nacer puede tener viabilidad y eso se debe al quipo de salud. Los prematuros de toda la región tienen el beneficio de lo que hace el Hospital de La Serena. Creo que esta actividad es un ejemplo de cómo nosotros somos capaces de entregar valor social, ya que son niños que no nacen en igualdad de condiciones de los demás, pero cuando el equipo de salud llega en forma oportuna y técnicamente preparado, podemos cambiar la realidad”.
Para el director del recinto serenense, Iván Marín, el encuentro vino a recobrar el sentido más puro y tradicional del hospital, ya que “es una señal de que estamos integrado a la comunidad y a nuestros usuarios, va más allá de las prestaciones otorgadas en una unidad de cuidados intensivos. Es una fiesta que culmina un largo proceso de un gran equipo de trabajo, que debe enfrentar una serie de situaciones complejas como brindar confianza a los padres para poder trabajar en conjunto por sus hijos, y también desde el punto de vista técnico, la fragilidad del paciente los hace tremendamente dependientes del cuidado, pero nuestra unidad tiene una mística y unas ganas de siempre sacar adelante a sus pacientes y poder enfrentar estas situaciones, es una unidad que le da orgullo al hospital, hacen las cosas muy bien y esto queda demostrado una vez más en este encuentro”.
Al respecto, la enfermera encargada de la UPCN sostuvo que “esta ceremonia también es una oportunidad para evaluarnos a nosotros mismos, y acá es donde podemos decir que somos capaces de realizar un buen trabajo, es una labor que involucra a la familia completa y eso se nos retribuye con el agradecimiento de las familias que reciben felices los diplomas o alta médica junto a sus hijos”.