La industria textil es la segunda más contaminante a nivel mundial, tras el petróleo, y de acuerdo con cifras de la Fundación Chile, en nuestro país se producen 39 mil toneladas de residuos textiles que terminan en vertederos clandestinos. En el mundo, las cifras también son alarmantes, y existe mucho desconocimiento al respecto. La moda rápida y el suministro constante de nuevos estilos a precios muy bajos, ha provocado un gran aumento de la cantidad de ropa producida y desechada. La gran mayoría de ropa acumulada es de tiendas de retail que estrenan hasta 50 temporadas al año, y al no lograr venderlas durante un período y no tener propuestas de reciclaje, estas toneladas terminan siendo montañas de basura en los últimos países donde llegan. En este caso, al desierto más árido y contaminado del mundo que se ubica en la región de Tarapacá.
El estudio más reciente de KPMG, “Mi vida, mi billetera y yo”, identifica las tendencias de comportamiento del consumidor y lo qué los motiva, donde se reveló que el 87% de éstos cree que las empresas tienen la responsabilidad de hacer productos que duren, sean fáciles de arreglar y de reutilizar, por otro lado, el 76% está de acuerdo en que proteger el medio ambiente es más importante que hacer crecer la economía. En este contexto, son varias las marcas a nivel mundial que se han sumado a esta tendencia sustentable, apostando por impulsar proyectos que fomenten la economía circular. Chile no está ajeno a la situación, y la marca nacional Lippi Outdoor avanza a pasos agigantados sobre esta tendencia, y se ha puesto el desafío de tener el 100% de sus productos textiles sustentables, bajo altos estándares de seguimiento y certificación para el año 2025.
Como puntapié inicial, la marca outdoor espera lograr que toda su línea textil sea sustentable para el 2025, motivados por su compromiso con el medio ambiente, especialmente con la Cordillera de Los Andes. Dentro de este verde lineamiento entra su nuevo proyecto, el cual ya está en marcha: Upcycling. Una línea que promueve la optimización de los recursos, la reducción en el consumo de materias prima, aprovechamiento y responsabilidad de los residuos, convirtiéndolos en nuevos productos atractivos y de calidad, para que así la indumentaria dure más, las personas compren menos y la ropa no termine en vertederos clandestinos. “El objetivo es aprovechar al máximo los recursos materiales disponibles para alargar su ciclo de uso, para lo cual se formó una alianza con el taller nacional Atelier, especialista en reparación y reutilización de prendas, lo que ha permitido crear una colección de modelos completamente nuevos pero con productos reciclados, dando otra vida a sus líneas de textil, equipamiento, accesorio y calzado, afirmó Lucas Íñiguez, brand manager y gerente de producto de Lippi Outdoor, quien agregó que no es una tarea fácil, pero es clave para el planeta hacer este cambio de paradigma. La marca chilena que se suma a la tendencia mundial, bajo el lema “Cuidar la naturaleza es un deber, no una opción”, apuesta por generar un cambio a largo plazo y no solo en la mente de los consumidores, sino también en el mundo del retail.
Apelar a la responsabilidad para que así los consumidores puedan realizar compras inteligentes, conscientes y con el menor daño ambiental es una tarea de muchos, ya que hoy en día se ha convertido en una de las prioridades de las personas al momento de elegir qué comprar, considerando incluso toda la cadena de valor, desde su fabricación hasta su embalaje.