Hace unos días, Utah se convirtió en el primer estado de Estados Unidos que limita el uso de las redes sociales en menores de edad. Por lo que niños y adolescentes no podrían tener cuentas en estas plataformas si sus padres no emiten su permiso explícito. La evidencia sugiere que el uso de plataformas de redes sociales podría afectar en la salud mental de los niños, niñas y adolescentes.
Para Guillermo Bustamante Pavez, académico de la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes, es clave distinguir entre efectos positivos y negativos del uso de plataformas de redes sociales. En los primeros, “el facilitar la interacción con personas más allá de las barreras geográficas lo que les permite desarrollar nuevos lazos de amistad, aprender de otras culturas, desarrollar habilidades sociales y explorar espacios diferentes de aprendizaje”, indica.
Por otro lado, para el doctor en Comunicación los efectos negativos están ligados en una primera instancia, a la cantidad de plataformas de redes sociales que utilizan, porque hay evidencia que sugiere que mientas más alto es el número de plataformas utilizadas hay más riesgos de sufrir dependencia.
En una segunda instancia, encontramos efectos negativos en la exposición a contenidos para los que no están preparados por un tema de madurez y de criterio, lo que podría afectar en su desarrollo e incluso generar una disminución en la concentración y calidad de sueño. En este sentido, hay evidencia que sugiere que el uso de plataformas de redes sociales podría afectar en la salud mental de los niños, niñas y adolescentes.
En suma, para Bustamante, “el restringir no es una medida adecuada”. Para él, un uso responsable y consciente de estas plataformas de redes sociales es lo mejor y para ello la educación es fundamental. “Hay que preparar a los niños, niñas y adolescentes para el futuro y eso implica que es necesario desarrollar criterio para el uso adecuado de este tipo de aplicaciones”, finaliza.
Por: Antonio De Vittorio
