Fue el 19 de enero de 2019, cuando luego de un sismo de 6,7 en la escala de Richter que afectó a prácticamente toda la Región de Coquimbo, quedó al descubierto un socavón de 15 metros de diámetro y 18 de profundidad, que hizo perder algunos enseres al criancero Manuel Cortés en el sector de la quebrada Las Cañas al interior de Marquesa, en la comuna de Vicuña.
A cuatro años de lo sucedido, en la actualidad hay 4 imputados por la situación, dado especificamente por una acusación de robo de mineral, el cual data del 2016. Tras una serie de informes de Sernageomin e indagaciones del Ministerio Público, se determinó que los principales responsables del hecho sería la familia Molina Bauer, dueños de la Minera Linderos.
Es así que el pasado 31 de enero, la Fiscalía de Vicuña formalizó a tres de los imputados por el delito de hurto simple, quienes quedaron con medida cautelar y se fijó un plazo de investigación de seis meses. El pasado jueves 16 de marzo, se formalizó un cuarto involucrado, en este millonario robo de mineral, el cual habría provocado esta compleja situación.
Manuel Cortés, criancero y dueño de la majada dañada con el socavon, reafirmó la información del robo de material minero que se hizo durante años. “Por escabación de las mineras. Ellos sobrepasaron todo, no midieron consecuencias, no pensaron que arriba había vida, que habían caminos, le dieron hasta sacar todo, así perdimos la majada”, explicó en su momento el criancero.
Debido al movimiento de gente que ha provocado esta investigación, es que la municipalidad de Vicuña, a través de su Departamento de Gestión de Riesgos de Desastres, renovó las medidas de seguridad del lugar, según lo afirmó el jefe de la unidad, Gabriel Palma Ojeda. “Al ir a terreno nos dimos cuenta que las contas de precauciñon había desaparecido, por lo mismo volvímos a reponerlas y poner otro tipo de letreros para la precaución de la gente que transita por allí”, detalló el geólogo.
Es importante resaltar que SERNAGEOMIN ha realizado al menos 16 fiscalizaciones, dando como resultado el hecho que existe la posibilidad de un probable nuevo colapso del terreno. La investigación de los profesionales arrojó que el área susceptible a presentar problemas de hundimiento es de aproximadamente 70.300 m2 o 7,03 hectáreas.
