La llegada de la primavera, con su ambiente de florecimiento y renovación, puede tener efectos variados en nuestra salud mental.
Aunque para muchos esta estación es sinónimo de alegría y vitalidad, para otros puede ser una etapa desafiante debido a la desconexión entre los cambios externos y su bienestar interno.
El impacto de la primavera en la salud mental
El doctor Marcelo Gotelli, psiquiatra de la Universidad Austral de Chile, explica que la primavera puede generar un contraste entre el ambiente exterior y el estado emocional de las personas.
Este fenómeno, conocido como discronobiología, ocurre cuando los cambios rápidos del entorno no van acompañados de un ajuste similar en nuestro interior, lo que puede aumentar el estrés y la desesperanza, especialmente en personas con pensamientos negativos.
Durante esta estación, también coinciden diversas festividades en muchas culturas, lo que puede incrementar el consumo de alcohol y drogas, elevando el riesgo de trastornos mentales.
Según el especialista, los problemas más comunes que se asocian con la primavera incluyen la depresión, el trastorno bipolar y otros desórdenes afectivos como las ciclotimias.
La presión de “florecer” y sus efectos
Para algunas personas, la primavera trae consigo una presión interna por “resurgir” o alcanzar un ideal inalcanzable.
Gotelli menciona que en ocasiones se carga con la idea de ser una “semilla salvadora”, es decir, alguien que debe resolver los problemas familiares o sociales, lo que puede generar frustración y malestar. Este “ideal primaveral” puede llevar a un agotamiento emocional si las expectativas no se alinean con la realidad.
Recomendaciones para afrontar el cambio de estación
Es fundamental aceptar que no todos florecen con la llegada de la primavera y que, en ocasiones, pueden requerirse apoyos adicionales para enfrentar esta etapa. Para mantener una buena salud mental durante la transición de estación, el doctor Gotelli sugiere las siguientes recomendaciones:
1. Equilibrio entre ocio, trabajo y descanso
Mantener un equilibrio en la vida diaria es esencial para prevenir problemas de salud mental. Lo ideal es dedicar 8 horas al trabajo, 8 horas al ocio y 8 horas al sueño. Un buen descanso ayuda a regular el estado de ánimo y la energía.
2. Actividad al aire libre y ejercicio
Aprovechar el buen clima de la primavera para pasar tiempo al aire libre es beneficioso para la mente. Realizar actividad física regularmente, como caminar o practicar deportes, contribuye a mejorar el bienestar emocional.
3. Alimentación saludable
Una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras, legumbres, lácteos, carnes magras y pescados es clave para mantener una buena salud mental. Se recomienda evitar azúcares refinados, harinas y frituras. Alimentos como los frutos secos y el pescado, ricos en Omega 3, son especialmente favorables para la salud del cerebro.
4. Cuidado personal y de otros
El acto de cuidar a otros, ya sea una persona, una mascota o incluso una planta, puede generar un impacto positivo en la salud mental, al recordarnos la importancia de cuidar de nosotros mismos.
La primavera puede ser un tiempo de renacimiento, pero es fundamental aceptar nuestro propio ritmo y entender que no siempre se puede “florecer” al mismo tiempo que el entorno. Cultivar la paciencia y el autocuidado es esencial para mantener un equilibrio emocional durante esta estación.