Casi 50 millones de personas vieron en menos de una semana un video que promueve la captura de un criminal de guerra enquistado en el este de Africa, Joseph Kony, desconocido por el gran público pero buscado desde hace años, en una enérgica demostración del efecto multiplicador que pueden lograr las redes sociales en materia de derechos humanos.
Realizado por la ONG norteamericana Invisible Children, el video difundido por YouTube, Facebook y Twitter forma parte de una campaña para llevar a los tribunales al fugitivo líder de la milicia rebelde ugandesa Ejército de Resistencia del Señor (LRA).
Allí se propone la intervención militar de Estados Unidos para arrestar a Kony, responsable del secuestro, tortura o esclavización de decenas de miles de niños en los últimos 20 años.
“Este es el mayor problema”, le dice el documentalista Jason Russell a su hijo pequeño en el video. “Nadie sabe quién es él. No es famoso, es invisible. Así es como lo haremos visible.”
El clip de 30 minutos, titulado “Kony2012”, ha sido elogiado por influyentes personalidades, como el fundador de Microsoft, Bill Gates, que en su cuenta de Twitter se alegró del “fuerte interés que ha despertado #stopkony, un paso clave para ayudar a los más vulnerables”.
CREAR CONCIENCIA
El vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que Barack Obama anunció en octubre el envío de 100 soldados para ayudar a la captura de Kony. “Creo que este video viral es parte de esa respuesta, que busca crear conciencia sobre las atroces actividades del LRA”, agregó.
Pero el video también tiene críticos, que alegan que explica la situación en términos maniqueos, que promueve la labor del propio cineasta, que trata un tema cuyo momento cumbre tuvo lugar diez años atrás, y que propone una solución “occidental” al problema: la intervención militar.
“Si bien llama la atención en el hecho de que Kony, acusado por crímenes por la Corte Penal Internacional en 2005, todavía está fugitivo, el retrato de sus supuestos crímenes en el norte de Uganda son ya de otro tiempo”, dijo el escritor y periodista ugandés Angelo Izama, que destacó otros problemas que urge enfrentar: la prostitución infantil y el sida.
Kony formó su movimiento de resistencia en 1987 con el fin de crear un estado teocrático en Uganda. Miles de niños fueron reclutados a la fuerza como soldados y las niñas utilizadas como esclavas sexuales. En los últimos 25 años más de dos millones de personas huyeron de las atrocidades cometidas por el LRA.
Una cosa está clara: nadie sabe exactamente dónde se encuentra Kony, aunque se presume que se esconde en algún lugar del monte en la República Centroafricana.
Fuente: La Nación.com