Sobre la inminente aprobación del brazalete electrónico por Parte del Senado esta tarde, entre otras medidas alternativas a las penas privativas o restrictivas de libertad. (Boletín Nº 5.838-07). ONG Activa quiere hacer presente su posición a los parlamentarios de todos los partidos y conglomerados políticos:
Para quienes trabajamos en la protección de los derechos de las mujeres víctimas de violencia es un deber solicitar a los parlamentarios nos apoyen aprobando esta iniciativa que vendrá a brindar protección a las cientos de miles de mujeres en Chile que cada año son víctimas de violencia y a quienes las medidas cautelares han sido incapaces de proteger adecuadamente.
Según la entidad, sólo durante el año 2011, se registró un incremento del 11,56% en las denuncias respecto a mujeres víctimas de violencia intrafamiliar y un 17,3% en las aprehensiones, respecto a igual periodo del año anterior.
Gloria Requena, directora de la entidad señaló: “Queremos pedirle a los parlamentarios, como lo han hecho en otras ocasiones, que nos ayuden a terminar con la violencia. Consideramos que si bien el brazalete electrónico no resuelve todos los problemas que presenta la actual legislación en materia de violencia hacia la mujer, es un primer paso muy importante.”
“Como ciudadana, como mujer y como directora de una organización cuyo pilar es la protección de las víctimas de violencia, no puedo dejar de hacer este pedido en nombre de las mujeres que ya el Estado no pudo proteger y fallecieron victimas de femicidio y de aquellas que hoy están en grave peligro a manos de sus agresores.”
LO PENDIENTE
La entidad señaló que aún se encuentra pendiente legislar para incluir a las parejas de pololos como sujetos protegidos dentro de la ley, ampliando a su vez la figura de femicidio a las mujeres sin relación afectiva con su agresor presente o pasada, eliminarlos requisitos de precedibilidad que hoy afectan la agilidad de esta ley para proteger efectivamente a las víctimas y reformular la figura delictiva de maltrato habitual, para precisar la cantidad de veces que se deben verificar de maltrato para que se entienda que hay habitualidad.