Coquimbo.- Más de 200 asistentes, en su mayoría científicas y estudiantes de enseñanza media interesadas en este ámbito del saber, llegaron hasta el Campus Guayacán de la Universidad Católica del Norte, donde se desarrolló el simposio “Macrozona norte de Chile: un lugar para mujeres de ciencia”.
La jornada incluyó trece ponencias a cargo de igual número de académicas o profesionales, dedicadas de lleno al quehacer científico o incursionando desde esta especialidad en el ámbito empresarial, unidas por el desafío de compatibilizar tareas académicas, laborales y familiares.
A través de sus presentaciones, ellas constribuyeron a instalar, a nivel regional, el debate en torno a ciencia y género, en momentos en que la participación femenina en esta actividad sigue siendo baja en comparación con el resto del país, señaló Elisabeth von Brand, coordinadora del simposio. Asimismo, agregó, “esperamos despertar interés en este tema y abrir camino a las futuras generaciones, mostrar el aporte de mujeres pioneras y romper el mito de que sólo los hombres tienen habilidades naturales para las ciencias duras”.
El evento corresponde a uno de los ocho proyectos adjudicados a nivel nacional, en el primer concurso dedicado a financiar acciones de promoción de la mujer en ciencia, tecnología e innovación, convocado el año pasado por el programa Explora-CONICYT.
Junto con felicitar y valorar el esfuerzo y tenacidad de las organizadoras del simposio, el director nacional de Explora, José Santiago Arellano, reconoció la tardanza en la entrega de los fondos de este concurso, el primero en su tipo en los 40 años de existencia de CONICYT, dijo, manifestando su esperanza en la continuidad de este tipo de iniciativas.
Por su parte, el director regional de Explora, Sergio González, manifestó su optimismo por las nuevas tendencias en este ámbito a nivel mundial, citando como ejemplo España, donde la proporción de hombres y mujeres en ciencia ya se ha equilibrado en 50 y 50 por ciento. Ello, relató, contrasta con la realidad prevaleciente por siglos, marcada por declaraciones de filósofos, religiosos y científicos que argumentaban acerca de la inferioridad intelectual de la mujer. Citando peculiares anécdotas en este sentido, González señaló que, efectivamente, la ciencia ha determinado diferencias biológicas entre ambos géneros, pero que ello no los hace mejores o peores, sino complementarios.
Respaldando también la iniciativa de las organizadoras del simposio, el Vicerrector de la UCN, Luis Moncayo, destacó que la ciencia “contribuye a una sociedad más humana”, valorando en este contexto como particulares virtudes del trabajo científico femenino la perseverancia, el pragmatismo y la inteligencia.
Ganar confianzas
Para llegar al lugar destacado que hoy ocupa en el ámbito científico chileno, la Dra. Cecilia Demergasso, experta en biominería y geomicrobiología en ambientes desérticos, tuvo que ganarse un espacio que no existía en la UCN “y eso requirió mucho, mucho esfuerzo”, relató la panelista, aludiendo no sólo a madrugar, no tener pre ni post natal, correr, sino sobre todo ganar las confianzas de estudiantes, colegas, autoridades universitarias, empresarios, fuentes de financiamiento “y lo más importante, la confianza en mí misma”, dice, quien actualmente preside el primer centro de biotecnología aplicada a la minería, que ella creó en Antofagasta.
Otra panelista que compartió sus experiencias profesionales y personales fue la geóloga Ximena Contardo, doctorada en esta misma especialidad, y, reconoce, “apasionada en las profundidades del océano”, pasión que la ha llevado a participar en varios cruceros científicos, el más reciente de ellos a comienzos de este año, como observadora nacional en el crucero INSPIRE (Investigación Internacional del Pacífico Sureste en Ecosistemas Reductivos), sumándose a un equipo de científicos estudiosos de la zona de ruptura causada por el terremoto del 27 de febrero.