Con el objetivo de promover procesos de aprendizajes de calidad, el Ministerio de Educación distribuyó a establecimientos escolares y profesores orientaciones pedagógicas sobre el propósito, la amplitud y el sentido de las “tareas para la casa”, con el fin de contribuir a la reflexión y a la discusión sobre el tema.
Las tareas escolares, definidas como actividades diseñadas por el profesor para que el estudiante lleve a cabo fuera del horario escolar –excluyendo las actividades realizadas en tutorías o actividades extraprogramáticas desarrolladas en el establecimiento– forman parte de la autonomía y de las opciones que tienen los docentes para guiar los procesos educativos.
Para apoyar efectivamente el aprendizaje es fundamental contar con tareas bien diseñadas ya que, de lo contrario, pueden resultar poco efectivas para el aprendizaje o causar frustraciones en los estudiantes e, incluso, en padres y profesores.
Las tareas bien diseñadas cumplen con cinco características esenciales:
- Tienen un propósito de aprendizaje claro y los estudiantes conocen ese propósito; esto permite que entiendan por qué es relevante llevar a cabo la tarea y que se involucren activamente en el proceso de aprendizaje.
- Existe equilibrio entre el tiempo que se espera que los estudiantes le dediquen a la tarea y el propósito de esta.
- Promueven una apropiación del aprendizaje, es decir, entregan libertad a los estudiantes para generar opiniones, debatir y desplegar sus conocimientos y habilidades, produciendo evidencias de sus aprendizajes que el docente puede utilizar para retroalimentarlos.
- Promueven una actitud positiva, pues además de incentivar aprendizajes están diseñadas para favorecer la autoconfianza.
- Son atractivas o interesantes para estimular la motivación por aprender en los estudiantes.
Orientaciones del Mineduc sobre las tareas escolares
La decisión sobre las tareas es parte de la autonomía profesional que tienen los docentes para crear un ambiente propicio para el aprendizaje de los niños. Sin embargo, para que sean un aporte se deben tener en cuenta las siguientes orientaciones:
- Deben ser pertinentes al contexto, edad y curso y deben ser relevantes y beneficiosas para el aprendizaje. Cuando la tarea es demasiado sencilla o compleja, puede tener efectos perjudiciales para la autoestima y la motivación por aprender.
- Es importante privilegiar aquellas actividades que resultan complejas de realizarse en el aula debido a que no se cuenta con las condiciones requeridas. Por ejemplo, leer un libro, entrevistar a un miembro de la familia o recolectar muestras desde el patio de una casa o parque.
- Deben ser apropiadas para el desarrollo de los estudiantes y planificadas para que puedan resolverlas de manera autónoma (sin la ayuda de los padres, un par o un tutor).
- Es fundamental que los estudiantes comprendan el propósito de la tarea y cómo apoya el logro de los aprendizajes.
- Se sugiere que sean con el objetivo de recolectar evidencias de aprendizaje para retroalimentar a los estudiantes y no con el fin de que se traduzcan en una calificación.
- Es fundamental estimar el tiempo que le tomará a cada estudiante realizar la tarea. Un exceso se puede volver contraproducente y afectar negativamente el aprendizaje, por lo cual es fundamental la coordinación entre los profesores de las distintas asignaturas de un mismo curso.
- Es relevante que el docente priorice las experiencias de aprendizaje dentro del aula.
- Si es imprescindible el apoyo de un adulto, se recomienda enviar indicaciones claras del rol que debe cumplir. Se aconseja evitar que el apoderado deba enseñar y se recomienda que el estudiante explique y reflexione.
- Se recomienda que las tareas no se entreguen para ser realizadas durante el fin de semana, para que los estudiantes y sus familias puedan dedicar ese tiempo a actividades en conjunto.
- Se sugiere monitorear los efectos de las tareas para ir ajustando los tipos de tarea y el tiempo que requiere realizarlas en el hogar.