El suboficial de la Primera Comisaría de La Serena, Leonardo Castillo Veliz, como una forma de despedir a su compañero Sargento Hans Knopke y a quien fuera su acompañante de patrulla el Carabinero Luis Díaz, creo el siguiente poema:
UN CAMARADA HA CAÍDO
En una calle o carretera, en el mar o en el desierto,
en la frontera de mi Patria, un camarada ha muerto.
Sobre su verde uniforme, igual que un prado fresco,
florecieron rojas flores que amortajaron su cuerpo.
Eran un hombre, padre, hermano, hijo y amigo
que como rayo acudieron al suceso,
pero el destino les tenía preparado
un recorrido sin regreso.
Ahora llegó su turno, la muerte estaba al acecho
La vida se les acabo, en tan corto momento.
No alcanzaron a despedirse, sólo nos queda el recuerdo
de haber compartido momentos de alegrías y de sufrimiento.
Hoy vuestros camaradas lloramos en silencio
Recordando tiempos malos, recordando tiempos buenos.
Pidiéndole solo a Dios que los acoja en su reino.
Dejó de silbar el viento, dejó de cantar el jilguero
Llegaron sus camaradas, sobre el cálido cemento
Pero era demasiado tarde ya no había remedio
Sus corazones no latían sus cuerpos de rojo entero.
Y habrá otra viuda sola y otro hogar con niños huérfanos,
Y habrá otros padres tristes, esperando tu regreso.
Y habrá un camarada llorándote en silencio
El día se ha vuelto gris, dos carabineros muertos.
Y en la habitación de la casa, en un inmenso silencio,
La pequeña preguntara, porque mi padre no ha vuelto
Y la madre destrozada sin fuerza y sin aliento
Le dirá tranquila mi niña se ha atrasado de nuevo.
Pero esta vez ha sido cierto,
Nunca más llegara al hogar
Para darle en la frente un beso,
O alguna experiencia contar.
Pero será su centinela, vigilando por su sueño,
Convertido en un ángel, radiante de verde entero
Porque siempre será su héroe el mejor carabinero.
Y habrá más sangre en la calle y hay más rabia en nuestros pechos,
Y habrá sed de justicia en cada carabinero,
Y las sirenas de los carros lloran su deceso
Y en las salas del cuartel habrá un vacío inmenso.
El perro que está en la guardia, que adoptamos como nuestro
Será testigo de tu ausencia, en los días venideros,
Ya no habrá una recogida estampada por tus dedos
Porque hoy un desgraciado les arrebato sus sueños.
Faltaran a futuras rondas, en la población o en el centro
Pero siempre estarán con nosotros, en cada procedimiento
Cuidando nuestras espaldas de un cuchillo certero,
De un golpe mortal cobarde o una bala rauda en vuelo.
Siempre habrá maldad en las calles
Y siempre habrá delincuentes sueltos
Y estaremos allí para enfrentarlos
Por honor y juramento.
Y si Dios nos quita la vida, por seguir vuestro ejemplo
Estaremos juntos en el cielo, para formar destacamentos.
y las legiones de mártires caídos, saldrán a nuestro encuentro.
Dos carabineros han muerto, hoy hacen guardia en el cielo.
Esperen camaradas, que nuestro destino es incierto
Sea de día o de noche, velaremos por los buenos
Para honrar al camarada que ha partido lejos.
La muerte no nos busca, tampoco la buscaremos
Pero en algún momento, del servicio
Seguro la encontraremos,
Protegiendo al desvalido, protegiendo el bien ajeno.
Adiós queridos camaradas, cuídenos desde el cielo
Somos la frontera entre víctima y bandolero,
Más que hombres de verde, más que carabineros
Ustedes son y serán, los héroes que llevamos dentro.